El Tribunal de Cuentas va actualizando las cifras del coste de
la mal llamada “reestructuración bancaria” heredada de la crisis del 2008 y que
consistió, básicamente, en evitar a toda costa la quiebra de varias cajas de
ahorros para que no pasara un “momento Lehman” en España. En Estados Unidos
dejaron quebrar a Lehman Brothers en septiembre de 2008 y las consecuencias
financieras fueron tan graves los días siguientes que prácticamente todos los
gobiernos del mundo decidieron hacer todo lo posible para que algo así no
volviera a ocurrir, y para ello dedicaron muchos recursos, incluso públicos.
Con razón o sin ella, España hizo lo mismo, pero es que además el caso español
era especial ya que las entidades con mayor riesgo de quiebra eran de responsabilidad
pública puesto que los principales dueños de las cajas de ahorros eran
autonomías, ayuntamientos y diputaciones.
Para intentar evitar su descalabro se creó el FROB, aún con gobierno de ZP,
que prestó dinero (a mi juicio sin demasiadas exigencias) a determinadas
entidades y, ante la imposibilidad de devolverlo, fueron nacionalizadas. Luego
se sanearon, tras varios errores de bulto como creer que fusionando pequeñas
cajas el resultado iba a ser mejor cuando lo que ocurrió fue justo lo
contrario. Luego llegó Rajoy al poder y vivió la crisis de Bankia y la prima de
riesgo disparada en 2012, y tuvo que solicitar un rescate bancario a Europa
para poder manejar la situación, También cometió errores como la creación del
Banco Malo o Sareb, que de momento es otra sangría de dinero público, pero en
este tema de la “restructuración bancaria” usó el crédito europeo para sanear
las cajas que quedaban y ponerlas a la venta para que dejaran de drenar
recursos públicos en una situación gravísima para la economía española. ¿El
resultado? Pues unas pérdidas muy fuertes entre lo invertido y lo recuperado
debido a la mala situación de las entidades y a que casi nadie, ni nacional ni
extranjero, pujaba por las antiguas cajas ahora bancos.
Eso ha llevado a un discurso populista falso, que sin embargo ha calado en
mucha gente, que dice que los bancos “deben devolver el dinero del rescate”
cuando los bancos no sólo no fueron rescatados, además perdieron bastante
dinero con la crisis de las cajas. En concreto el Tribunal de cuentas determina
que el coste para el FROB (el dinero público) era de
50.622 millones de euros y el del Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades
de Crédito (FGDEC), asumido por las entidades financieras, era de 21.273 millones. Los números no mienten, sin embargo se sigue insistiendo en que la
banca fue rescatada y que nos debe dinero. Un argumento que me he encontrado en
algunos de los que piensan así es que compraron muy barato. El concepto barato
es muy subjetivo, cuando se adquiere un activo sólo pasado el tiempo se es
consciente si el precio fue caro o barato, lo que sí se sabe es que cuando por
ejemplo se puso a subasta a la CAM (Caja del Mediterráneo) nadie la quiso, y
Banco Sabadell se la quedó por 1 euro y aún no está claro si hizo buen o mal
negocio porque su valor en bolsa, su capitalización de mercado, estuvo años bajando tras esa compra, es decir, le hizo perder valor. Y otra
cosa que sí sabemos es que Emilio Botín, que creo que de banca sabía bastante,
no quiso adquirir ninguna de las antiguas cajas, a pesar de que era el que
mejor situación financiera tenía. Para él no eran “baratas”. Recuerdo muy bien
la situación de España en 2012, y cómo ninguna entidad extranjera quiso pujar
por ninguna de las antiguas cajas salvo un banco venezolano que se quedó con
Caixa Galicia (haciendo además muy buen negocio, hoy es Abanca). Visto ahora se
sabe que por ejemplo Santander se equivocó no pujando un poco más por él pero
claro, nadie sabía entonces lo que iba a pasar.
Cuando BBVA invirtió 1.187 millones de euros por la antigua Caixa de Cataluña, donde
el estado español se había gastado 12.622
millones (y recibió 783 millones con la venta porque solo tenía el 66% de
Catalunya Banc), ganó una puja en una subasta pública
pagando más que los demás. Podemos discutir si el estado hizo bien vendiendo o
no en ese momento, como podemos también especular sobre si el actual gobierno
hizo bien en aprobar la fusión de Bankia, donde aún hay mucho dinero público
comprometido, y Caixabank, pero lo que no se puede es decir que BBVA debe algo
por haber hecho esa adquisición. Es como si yo compro una casa a alguien que la
adquirió años atrás a un precio mucho más caro, se gastó mucho en reformarla y
luego tuvo que venderla por menos de lo invertido, ¿qué culpa tengo yo?
Lo verdaderamente triste de todo esto es que las cajas se gestionaran tan
mal como para necesitar tantos fondos para sanearlas (122.754 millones de euros
según el Tribunal de Cuentas, aunque por suerte no todo fueron pérdidas); que
tuviéramos tanto exceso de entidades financieras; que, a pesar de ser de los
países que menos dinero público comprometieron en no dejar caer a ningún banco,
hemos sido de los que más hemos perdido (incluso otros como los Estados Unidos
han ganado dinero) debido al escaso atractivo que tenían para ser comprados,
incluso después de saneados. Y que, por desgracia, el momento de la venta
coincidiera con la crisis de deuda que empezó en Grecia y se extendió por todos
los “periféricos” de la eurozona y la necesidad de devolver el rescate que
Europa nos ofreció, y no asumir más costes como se temía entonces podía
suceder.
Estoy convencido que el tiempo aclarará más los costes reales de todo esto (falta
liquidar la Sareb y la parte estatal en Caixabank) y los graves errores que se
cometieron. Ojalá nunca vuelva a suceder algo así y ocurra como pasó con
Popular: que el coste lo asuman sus dueños (los accionistas) y no los
contribuyentes. Pero hay que dejar la demagogia a un lado y dejar de decir que
fue un rescate bancario, o que los actuales bancos existentes en España deben
devolver algo… Más nos deben los responsables de la mala gestión de las cajas,
y los que decidieron que para sanearlas lo mejor era prestarles dinero público
sin condiciones y fusionar unas con otras. Sin embargo, parece que el único que
lo hizo mal fue el que las vendió, cuando Bankia no se vendió y sigue teniendo
pérdidas latentes, a pesar de todos los años de recuperación económica que ha
habido desde 2012 y su excelente recorrido bursátil los últimos años. Y encima, seguimos gastando dinero público en salvar
empresas privadas como Air Nostrum o Air Europa e incluso reprivatizando parcialmente Telefónica.
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