miércoles, 30 de abril de 2014
Especulación sí, regulación también
Un joven pintor que está deseando colocar alguna de sus obras en la
primera exposición que hace en su vida consigue vender un cuadro a un
desconocido. Su felicidad es enorme, ese dinero supondrá una fuerte inyección
de moral y le impulsará a seguir pintando hasta convertirse con el tiempo en
alguien que consigue vivir de su arte. Aquel desconocido comprador era alguien
que disponía de un dinero sobrante y quiso invertirlo en un cuadro pensando que
con el tiempo aumentaría su valor, en realidad no le gustaba la adquisición y
nunca la colgó en su casa, sólo lo almacenó bien empaquetada en un lugar
seguro. 10 años después, el comprador descubre navegando en internet que el
autor del cuadro está exponiendo en Nueva York y es alguien famoso, y decide
vender su propiedad obteniendo 50 veces más que lo que se gastó. Este es un
ejemplo perfecto de cómo el ansia de ganar más dinero de una sola persona puede
ser beneficiosa para dos. Eso sí, el mercado del arte, al no estar demasiado
organizado, seguramente ha provocado que las transacciones se hayan hecho en
negro y no ha revertido ningún beneficio a la sociedad vía impuestos, algo que
no pasa por ejemplo en la bolsa. Si la especulación estuviera prohibida, jamás
el desconocido hubiera comprado un bien que no le gustaba, como era el caso del
cuadro, el pintor quizás se habría desanimado y hubiera abandonado su vocación.
Ninguno de los dos hubieran ganado dinero ni para ellos ni para su familia ni
para su entorno económico, con lo que el gasto en otros bienes también se
hubiera reducido, perjudicando con ello a la sociedad. Este mismo ejemplo lo
podemos aplicar a una empresa española que sale al mercado bursátil deseando
financiación para expandirse, cien mil personas compran sus acciones esperando
obtener un beneficio y la compañía con ese dinero efectivamente se expande,
gana más dinero, esto provoca un alza en las cotizaciones y los cien mil
accionistas venden con plusvalías y comparten parte de ese beneficio vía
impuestos con todos.
Millones de personas en todo el mundo, la inmensa mayoría, quieren
aumentar sus bienes sin trabajar, por eso tienen tanto éxito la lotería y los
juegos de azar en general, y por eso preferimos que el banco nos ofrezca un
depósito al 4% que al 2%. Sin embargo, aunque nos parece normal ceder el dinero
a nuestra caja de ahorros para que ella compre casas, futuros de tipos de
interés o deuda griega, al que invierte personalmente su dinero -en lugar de en
un depósito o en una quiniela- en un producto financiero como la bolsa y sus
derivados suele sufrir cierto rechazo social. Y es un hecho curioso, porque
especular no es ganar dinero sin trabajar como la loto, requiere una
preparación y unas cualidades que proceden del estudio, la práctica y la
disciplina, de hecho es algo tan difícil que muy pocas personas pueden vivir de
ello y muchas instituciones –bancos, fondos de inversión, sicavs etc.-, incluso
con información de primera mano, conocimiento de flujos monetarios y gestión de
profesionales, pierden dinero en los mercados.
La especulación genera mercados líquidos que permiten beneficios
globales, la mejor prueba la tenemos en los mercados de deuda pública: si sólo
compraran bonos del estado a 10 años aquellos que pretenden tener 3650 días el
papel guardado esperando cobrar un 4% anual, los estados no se podrían
financiar. Ocurre lo mismo con las empresas, no podrían colocar participaciones
en la bolsa si sólo compraran los que pretenden sólo cobrar el dividendo. Y los
especuladores que todos los días están intentando ganar dinero en los mercados revierten
parte de sus beneficios –cuando los obtienen- a la sociedad: aparte de que
todos pagan impuestos, ya que la trasparencia y regulación fiscal es muy clara,
los bancos pueden ofrecer mejores tipos de interés a sus clientes, las empresas
pueden dar mayor beneficio a sus accionistas, los particulares pueden mejorar
su calidad de vida y la de las personas que les rodean… Es decir, se genera un
beneficio económico para el conjunto de la sociedad.
Por eso cuando a nivel mundial se habla de regular los mercados
financieros se habla de más información, mejor regulación, incluso de más
impuestos, pero nunca de acabar con el ansia tan humana de comprar barato y
vender caro. Krugman por ejemplo, que siempre pone a Canadá como ejemplo por lo
bien que ha sorteado la crisis, tanto el país como su sistema bancario, aboga
por un organismo independiente que proteja a los consumidores financieros como
tienen allí. Pero que nadie piense que los ciudadanos canadienses son menos
especuladores que los griegos, por ejemplo. Lo que pasa es que Canadá y sus
bancos limitaron su endeudamiento en épocas de bonanza. Esta sociedad nuestra
se caracteriza, entre otras cosas, por la hipocresía: creamos y exportamos
armas pero somos pacifistas, decimos valorar el esfuerzo y el estudio pero
nuestros ídolos sociales son futbolistas que trabajan unas pocas horas a la
semana y personajes del mundo rosa que ni eso y queremos que un golpe de suerte
aumente nuestra fortuna (sólo hay que ver la expectación cada 22 de diciembre)
pero no perdonamos a los que la consiguen con el dificilísimo trabajo de
comprar barato y vender caro.
¿Reparos morales con la especulación? ¿Hay que tenerlos por tener dinero
en el banco, por tener un fondo de pensiones, por pagar impuestos (las
entidades públicas también especulan)? Es más, ¿hay que tenerlos por dar dinero
en el cepillo de la iglesia? Y es que en el “caso Gescartera” -los más jóvenes
quizás no se acuerden- se conoció que el Arzobispado de Valladolid, el
Instituto Español de Misiones Extranjeras y las Hermanas Dominicas tenían
dinero invertido en una sociedad de carácter altamente especulativo. Ningún
cargo de la iglesia católica criticó este hecho, también fue famoso el desplome
en las finanzas de la iglesia anglicana por el movimiento bursátil de 2008 e
incluso las polémicas porque su fondo de pensiones tiene inversiones en
empresas armamentísticas. Y en los mercados financieros entidades de
inspiración e incluso capital eclesiástico –y yo lo he visto en primera
persona- no se diferencian en su comportamiento de los bancos de inversión
americanos, todos quieren lo mismo: ganar dinero comprando y vendiendo y
vendiendo y comprando, tener más para que cada uno se lo gaste –o lo ahorre- en
lo que quiera cuando quiera. ¡Ni los supuestos guardianes de la moral de la
sociedad están en contra de algo tan inherente al carácter humano!
Según el Libro Guinnes de los Recórds de 2007 la mayor fortuna de todos
los tiempos, por delante de Alejandro Magno y Rockefeller, la encabeza un
personaje de hace más de 2000 años: Marco Licinio Craso, que consiguió por su
habilidad con los negocios y su falta de escrúpulos acumular el equivalente
actual a 900.000 millones de euros. Si viviera en este siglo no podría traficar
con esclavos como hacía, de todos sus emolumentos nos habríamos beneficiado
todos vía impuestos y la actual regulación seguro hubiera limitado sus ganancias.
Si lo comparamos con algún especulador conocido de la actualidad, como Soros,
famoso por su fortuna pero también por sus donaciones benéficas, no creo la
codicia que les impulse a ambos sea tan diferente. Gracias a la regulación, eso
sí, el beneficio de Soros procede de operaciones legales, con su fiscalidad
correspondiente. Eso es en lo que hay que incidir, en intentar conseguir
beneficio social de un talento único para la especulación. Tampoco la culpa es
de los derivados, el que dice por ejemplo que los futuros no representan nada
lo dice desde el desconocimiento, en muchos mercados más de la mitad del
importe del contado procede de operaciones que no se harían si no existieran
opciones y futuros. Lo que no se puede permitir es que con unos pocos miles de
millones de $ de uno de esos bancos “demasiado grandes para caer” se consiga
controlar por ejemplo el mercado de futuros del crudo y que sea éste, y no la
demanda y oferta real del petróleo, la que marque los precios que van a
condicionar además la producción industrial, el consumo, el déficit exterior,
los ingresos fiscales etc. de medio mundo. Por eso hay que insistir en limitar
el tamaño de las inversiones en un producto determinado, creando un especie de
“ley antimonopolios” para el trading. Y es que cuanto mayor sea el número de
especuladores en los mercados, menos posibilidades hay de manipulación en los
precios.
Es impensable en la actual sociedad pretender prohibir la especulación
aunque su mal uso y abuso pueda ser dañino a veces. Toda actividad humana
conlleva posibles prejuicios, hasta la más común. Por ejemplo, todos los días
miles de familias en el mundo sufren una tragedia porque un despiste humano, un
fallo mecánico o un imprevisto meteorológico provocan un accidente de tráfico.
La solución por supuesto no es prohibir a la gente conducir, lo que se debe
hacer –y se intenta- es formar a las personas que van a coger un coche, darles
una máquina lo más fiable posible, una carretera por la que circular con la
máxima garantía y, para evitar excesos, limitar velocidades, ingestión de
alcohol y establecer mil y una normas y mil y un castigos para los infractores.
Y además de todo eso, es el propio individuo el que debe darse cuenta que no
debe coger una motocicleta cuando hay hielo en el asfalto –por ejemplo- ya que
nadie puede conducir por él. Los mercados son lo mismo, un camino voluntario en
el que quien quiera conducir debe estar formado pero a la vez debe ser limitado
por unas normas independientes que además conlleven castigos si no se cumplen
Porcentaje del capital de los bancos de estos países de la €zona invertido en deuda pública
Como se puede apreciar, los bancos belgas tienen más deuda pública que capital por lo que teóricamente -sin conocer la calidad de esas inversiones- serían los más vulnerables a una crisis de deuda soberana. El caso italiano, dado que la mayoría de lo que poseen es deuda italiana, parece más peligroso.
martes, 29 de abril de 2014
viernes, 25 de abril de 2014
miércoles, 23 de abril de 2014
Ciclos
El prestigioso economista ya fallecido Hyman Minsky señaló hace décadas que la estabilidad conduce a la inestabilidad. Es decir, que cuanto más tiempo una determinada condición o tendencia persiste, más dramática será la corrección cuando acabe la tendencia. Y añadía que el problema con la estabilidad macroeconómica a largo plazo es que tiende a producir acuerdos financieros muy inestables. Si creemos que mañana y el próximo año serán iguales que la semana pasada y el año pasado, estaremos más dispuestos a añadir más deuda y aplazar el ahorro para el consumo actual. Así, según Minsky, a más largo período de estabilidad, mayor será el riesgo potencial de inestabilidad cuando los participantes del mercado decidan cambiar su comportamiento. Probablemente se refería a la etapa de expansión económica –salpicada de crisis de relativamente corta duración- que hubo en el mundo tras la II Guerra Mundial. Sin embargo, estamos en un nuevo siglo en el que las etapas de crisis prácticamente se igualan a las de bonanza y en la que la situación actual parece el culmen de su razonamiento ya que han sido esos acuerdos financieros inestables y esa disposición a gastar las que nos han llevado a esto. ¿Significa que ahora los ciclos crisis-expansión van a ser más cortos, es una casualidad o es que la situación actual no es una etapa más y la crisis es del sistema?
Muy arriesgado contestar a eso aunque haya algunos que parecen tenerlo muy claro. Yo con mi habitual escepticismo no soy capaz de mojarme aunque considero que lo más probable es que salgamos, unas economías antes y otras después, sin demasiados cambios ni en los modelos productivos ni en el sistema financiero -a pesar de tantas declaraciones de intenciones-, y que lo más llamativo será que no sólo empresas y personas, quizás algunos países pierdan peso económico durante décadas debido a la actual situación. Pero como bien explicó Nassim Taleb con su teoría del cisne negro, es en lo improbable donde puede estar el quid de la cuestión. Precisamente Marcos Pérez en su blog (de actitud –hasta en el nombre- políticamente incorrecta www.especular.com ) cuenta que Taleb invierte el 90% de su dinero en activos de muy bajo riesgo (y por lo tanto habitualmente de baja rentabilidad) y un 10% en comprar opciones a futuro muy baratas porque están “out of the Money”, es decir, muy lejos de los precios actuales y que por sistema vencen con un valor de cero por lo que se pierde la prima pagada. Para entendernos, es como si yo apuesto a que el Ibex a final de año estará por encima de 15 mil, es una apuesta muy barata pero con muchas posibilidades de perder el 100% de lo que invierto, y actuando así cada año pierde dinero…hasta que llega el “cisne negro”, lo que nadie –o muy pocos- esperan (la quiebra de Islandia o de Lehman Brothers por ejemplo), y entonces en un solo movimiento aumenta su rentabilidad de un modo asombroso. Un gestor normal gana dinero con la estabilidad y pierde con lo inesperado, Taleb hace lo contrario. No digo que su sistema sea mejor, sólo quiero dejar claro que lo raro, lo improbable, suele ocurrir y cuando ocurre no debemos aferrarnos a la idea de ganar tiempo como sea a esperar que escampe “porque ya ha pasado otras veces”.
Especuladores del ladrillo que compraron a precios de 2007 tenían ese pensamiento, muchos inversores bursátiles en valores financieros americanos de la misma época, más de una empresa que no supo reinventarse … y lo grave es que esa fue –y sigue siendo- la idea de gobiernos y bancos centrales: su receta ha sido la de siempre a pesar de la excepcionalidad de esta crisis: los primeros endeudarse y los segundos bajar los tipos de interés e inyectar liquidez a la banca incondicionalmente. Y que el tiempo haga lo demás… Y lo más probable es, como dije antes, que tengan razón y antes o después todas esas acciones den sus frutos, como pasó otras veces, pero no debemos darlo por sentado. No sólo porque la economía es imprevisible, es que puede que ocurra algo ajeno al mundo económico que lo modifique todo. Por ejemplo, ¿Quién iba a decir que la mayor potencia militar del planeta fuera a ser derrotada por uno de los bandos de la guerra civil vietnamita el siglo pasado? Pues ocurrió, y este año no se puede decir que no hayamos tenido “imprevistos” como Ucrania.
Lo curioso de las crisis es que cuando se está dentro de ella el discurso oficial es que es cíclica, pero si es tan previsible que ocurriera, si es tan inevitable que tras una subida viene una bajada ¿Por qué nunca se toman medidas en época de bonanza para evitarlas o al menos aminorar sus consecuencias? Más bien al contrario la actual crisis nos ha mostrado que son las autoridades las impulsoras de las actitudes peligrosas que nos han conducido adonde estamos. Los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff en su libro recopilando información sobre las crisis de los últimos ochocientos años cuyo título se puede traducir como «Esta vez es diferente: ocho siglos de estupidez financiera», además de una amplísima base de datos establecen que las crisis son precedidas por períodos de alta movilidad internacional de capitales y que aquellos países que reciben un gran influjo de capitales corren un alto de riesgo de experimentar una crisis de deuda soberana. Exactamente lo que está pasando ahora en los países emergentes. Y aportaronn otro dato inquietante: cuando el ratio de deuda pública excede el 90% del PIB, la economía tiende a desacelerarse y los inversores comienzan a cuestionar si la deuda será pagada. Cierto que hubo una polémica sobre este cálculo exacto en el excel pero no deja de ser cierto que a mayor deuda pública, peores perspectivas económicas.
Según Reinhart y Rogoff, si hay una lección en 800 años de historia de las crisis financieras, es que en momentos de euforia en los mercados no deberíamos aceptar tan mansamente (especialmente los reguladores) la tesis de que «esta vez no es diferente». No puedo estar más de acuerdo, las autoridades dan por hecho en épocas de expansión que la situación no derivará en crisis pero asumen con seguridad que tras la crisis seguro vendrá la bonanza. Es una contradicción, y si se cumple la estadística –esperemos que sí- y finalmente salimos de esta crisis deberíamos aprender la lección y empezar a vacunarnos para la siguiente.
martes, 22 de abril de 2014
La bolsa, internet y las redes sociales (artículo de Marien)
Como continuación a mi artículo de la semana
pasada, quiero dar mi visión y hacer referencia a la evolución que he
notado en este año en las redes sociales.
No en su conjunto, que daría casi para un
tratado, si no, en un parte de las personas que habitualmente estamos en
ellas y que yo sigo o he seguido sobre todo de finanzas y bolsa.
Cuando se oye hablar del mundo financiero y en
concreto de los mercados, desde fuera, da la sensación de que los que en ellos
se mueven están en un mundo aparte, lleno de "glamour" y en otra
galaxia.
Desde hace años y sobre todo en la actualidad
se vende como una oportunidad de hacer dinero fácil, rápido y en grandes
cantidades. De poder llegar a tener la vida soñada, de conseguir todo lo
anhelado y en muchos casos de conseguir la fuente de ingresos negada para
algunos en esta crisis para seguir teniendo una vida "normal".
Seguro que los que se han aproximado al
mercado hace años, han notado la evolución que ha tenido y sobre todo la
popularidad, empujado por los medios de comunicación, internet y la posibilidad
de operativa on-line para pequeños inversores.
Y ¿a qué conclusiones han llegado? me gustaría
saber la de cada uno. Como esa es misión casi imposible ... Yo les doy la
mía. Que ese "glamour" no existe y que cada vez se parece más a la
vida cotidiana.
Te encuentras perfiles de toda clase.
Profesionales que exponen su punto de vista y conocimientos. Personas con
necesidad de "afecto" y de reconocimiento que buscan sobresalir de
alguna manera. Mentes atormentadas que buscan ser escuchadas, alabadas y
queridas por sus "frases hechas" porque no dan encontrado su lugar en
la sociedad real.
Mucha gente joven atraída por las
"apariencias" de riqueza que a algunos les gusta mostrar. Y sobre
todo mucho "oportunista" que se engancha al carro de moda para tratar
de "medrar".
Esta es una parte de este "mundo "
actual en internet.
Me dirán que no todos son de ese perfil. Lo
admito.
Pero la oportunidad que dan las redes sociales
de relacionarse, de tener un "micrófono" siempre abierto al mundo,
muy pocos lo conseguirían en la vida "normal". Por eso a veces, la
mediocridad, la desfachatez, la ignorancia y falta de educación toman un gran
espacio y una difusión en la red realmente preocupante.
La formación en general es necesaria y en
algunos casos se nota el problema que los cambios en los planes de educación ha
provocado en una gran cantidad de personas.
He dicho en reiteradas ocasiones que lo mejor
es formarse y si nos acercamos al mercado como operadores, tratar de buscar un
sistema propio.
Que cada uno debe escoger el estilo de
operativa, su horizonte temporal y el tipo de análisis que se ajusta mejor a su
perfil. Hay muchos, y ya sabemos que "todos los caminos conducen a
Roma". Y muchos sistemas consiguen el beneficio buscado.
Sigo manteniendo mi opinión de NO
COPIEN
De un tiempo a esta parte se está poniendo de
moda el "trading social", debo decir que a mi también me han
ofrecido varias veces, hace más de un año, que entrara en el tema. Y he dicho
NO.
¿No hemos dicho muchas veces que cuando se
necesita a un especialista se va a él?
entonces ¿por qué para exponer nuestro dinero
confiamos en cualquiera?
Si aún es complicado a veces, y se llega casi
al "engaño", cuando confiamos en manos de profesionales registrados
en los organismos correspondientes, nuestro dinero,
¿cómo es capaz la gente de arriesgar una
cuenta con dinero propio replicando operaciones de muchos
"aficionados" que lo que hacen es generar muchas comisiones para el
broker y en algunos casos cobrar por operativas?
A eso me refiero. No está regulada esa venta
de señales. Y que si siguen algunas por curiosidad (no tienen desperdicio)
llegarán a la conclusión que es como ir al casino. Rojo o negro hay un 50% de
posibilidades de doblar o de perder la cuenta.
Y por lo que he leído operan con "mini
cuentas" que incluso permiten entrar en % de una acción.
Así que solo les digo "precaución"
Marien, aunque se define como aficionada, es una trader –gallega a más no poder- excelente muy activa en el twitter @Meigatrader
Así que solo les digo "precaución"
Marien, aunque se define como aficionada, es una trader –gallega a más no poder- excelente muy activa en el twitter @Meigatrader
jueves, 17 de abril de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
Eduardo Barreiros
Hoy voy a contar una historia de un emprendedor que consiguió triunfar
con su iniciativa en un país económicamente intervencionista como la España
franquista de los años 50 y 60 del siglo pasado y que volvió a hacerlo en un
régimen similar como el cubano de los años 80. Es la prueba evidente de que el
talento puede sobrevivir incluso contra condiciones adversas pero también que
contra éstas hace falta ser un genio.
El padre de Eduardo Barreiros construyó –en los años 30 del siglo
pasado- y con piezas de desecho, un autobús para comunicar su humilde aldea
gallega con Orense y poco a poco formó una línea regular que necesitó de nuevos
autobuses cuyo coste obligó a que su hijo tuviera que dejar los estudios
con 12 años y se dedicara a la mecánica. Con la Guerra Civil el ejército les
confisca los vehículos y aunque pueden recuperarlos, Eduardo Barreiros debe
hacer malabarismos con piezas viejas compradas en desguaces para poder mantener
a flote la compañía familiar. Eso le da la idea para iniciar su primer negocio:
comprar vehículos viejos, arreglarlos y venderlos. Se inicia con una moto y en
pocos años factura más él que la línea de autobuses. Su olfato comercial era
tal que durante su viaje de novios alguien le hizo una oferta por su coche y lo
vendió y siguió el trayecto en tren. Junto a su hermano convence a su padre de cerrar
el negocio familiar y competir con una nueva empresa, Becosa, para un contrato
de reparación de carreteras que consiguen. Inventa una máquina barredora que
acelera el trabajo y su éxito lleva a que les ofrezcan construir el dique de la
playa de Castellón. Es otro triunfo ya que cambia el lento y caro modelo
tradicional de traer la roca en vagones: él utiliza camiones y crea una
plataforma desmontable que avanza según se construye el dique, método que se
impuso desde entonces.
Los viejos camiones rusos que utilizó en esta obra eran muy fuertes pero
gastaban mucha gasolina (entonces a 6 pesetas el litro), bien escaso en la
España de la postguerra. Eduardo Barreiros se planteó entonces la posibilidad
de cambiar los motores para que aceptaran gasoil (entonces a 2 pesetas el
litro) y consumieran menos combustible. Aquel muchacho que dejó la escuela con
12 años preguntó por carta a ingenieros de todo el mundo si esa modificación
era posible y todos le respondieron que no. No se rinde y lo intenta durante meses
a pesar de los numerosos accidentes que sufre por explosiones del motor. Y lo
consigue. Tiene la visión de patentar el método de transformación de motores de
gasolina a diesel y empieza a recibir pedidos para su recién montado taller de
Orense “Galicia Industrial”. Además, viaja con un camión los fines de semana
haciendo demostraciones en las plazas de los pueblos para aumentar la cartera
de clientes. Como Eduardo Barreiros es ambicioso y desde la mal comunicada
Galicia es difícil progresar se traslada a Madrid donde no sólo transforma
motores, también compra camiones, los desguaza, los monta y los vende con su
transformación realizada. En 4 años debe cambiar a otra nave más grande y funda
“Barreiros Diesel”. Se abría los 7 días de la semana y a pesar de que Eduardo
Barreiros es ya millonario trabajaba como uno más y no tenía problema en
mancharse las manos de grasa.
Tras transformar las 3 cuartas partes de todos los motores de camiones
españoles, la única forma de seguir creciendo era crear motores nuevos. Por una
argucia legal consigue gratis la posibilidad de usar como base de sus
creaciones un motor inglés de la marca Perkins –que había despreciado a tal
punto la capacidad tecnológica española que no se había preocupado de
patentarlo en el país-, lo que facilita el trabajo. Pero necesita la licencia
del Instituto Nacional de Industria, un hólding industrial estatal presidido
por el Marqués de Suanzes que no quiere competencia para su marca Pegaso, por
lo que sólo les concede licencia para construir 1500 motores. El problema que
tenía Pegaso es que la publicidad patriotera les llevaba a veces a buscar más
el prestigio que la eficiencia, el mayor exponente de esto es el “Pegasín”, un
turismo deportivo de lujo del que apenas se crearon 100 unidades. La España de
entonces necesitaba motores fuertes de bajo consumo y así lo entendía Eduardo
Barreiros, es por eso que se arriesga a ignorar la limitación impuesta y a
intentar conseguir piezas incluso mediante el contrabando, ya que no tiene
permisos para importarlas. A veces hasta traían válvulas en avión desde Suiza
escondidas en cajas de sombreros. Lo curioso es que la España franquista, a
pesar de todas las zancadillas puestas a Barreiros, presume de sus éxitos como
si fueran propios.
Ante la dificultad de extenderse en el mercado nacional, Barreiros –que
sólo fabrica motores- decide optar al concurso para vender 400 camiones al
ejército de Portugal. Crean prácticamente de la nada el diseño de un camión
tomando piezas de diferentes compañías y el propio Barreiros lo conduce delante
de las autoridades portuguesas. El NODO franquista presume de cómo la creación
española consigue vencer las cuestas de arena de la prueba a la primera, algo
que no consigue ni siquiera el camión militar de General Motors a pesar de haber
participado en la Guerra Mundial y de haber vendido un millón de unidades. Pero
le siguen vetando los recursos incluso para construir las 400 máquinas
comprometidas, que se realizan de forma casi artesanal. Barreiros se salta
todas las prohibiciones y sigue creciendo enfrentado al INI. Consigue esquivar
a los intermediarios burocráticos y realiza una demostración directa a
Franco de sus camiones y le solicita ayuda. Tras la entrevista con el jefe de
estado la presión sobre Barreiros disminuye y con la financiación del Banco de
Vizcaya vuelve a crecer superando en el mercado nacional a Pegaso gracias a sus
precios mucho más competitivos y a la mezcla entre la dureza y la facilidad
técnica de sus camiones, algo que también le lleva a exportar. Incluso en talleres
y concesionarios superaba al productor estatal. Barreiros fue pionero en la
reinversión social de los beneficios ya que creó escuelas y viviendas para
familias de sus 10 mil empleados con médicos, ambulancias y clínica de empresa.
En 1960 Barreiros solicita una licencia para construir coches que le
niega el INI por lo que ante la imposibilidad de ampliar el negocio inicia en
España la política de vender camiones y tractores a plazos, aumentando con ello
la base de clientes, pero asumiendo un riesgo económico que resultó excesivo.
Sin financiación pública y tales deudas, la empresa tuvo que despedir a casi el
10% de su plantilla y sólo la entrada de un nuevo socio con mucho dinero podía
evitar la quiebra. El propio Eduardo Barreiros creyó haber dado con la solución
tras 2 viajes a Detroit: consiguió la entrada de Chrysler con 20 millones de $,
la mayor inversión extranjera jamás vista en España. El acuerdo, para
desesperación del INI, suponía que la constructora americana vendería turismos
en España y Barreiros podría vender camiones y tractores en los concesionarios
Chrysler de todo el mundo. El impacto publicitario de algo así fue utilizado
por el gobierno franquista a pesar de su nula participación en el acuerdo:
instalaciones modernas de 2 millones de metros cuadrados, subidas de sueldos,
25 mil empleados directos, 50 mil indirectos. Barreiros recibe la medalla al
mérito civil, le entrevista la prensa internacional, le llaman “el Ford
español”, se compra el primer avión privado de España…
Pero la gestión americana es lenta y demasiado ambiciosa y se
centra casi en exclusiva en los coches, pasa el tiempo y se van oxidando miles
de carrocerías de Symcas y Dodges que se han traído de Estados Unidos y
no se montan. Tampoco cumplen el acuerdo de vender los camiones Barreiros por
todo el mundo. Las primeras ventas de autos se producen 2 años después de la
entrada de Chrysler y son decepcionantes, la España que consumía camiones y
tractores a precios asequibles no tenía poder adquisitivo como para pagar por miles
de coches de importación. Para la multinacional las pérdidas son asumibles pero
no para Barreiros y sus socios y Chrysler se hace con el 77% de la compañía en
una segunda ampliación de capital en la que Barreiros mantiene su puesto pero
no su poder. Además, el sector más rentable en aquel momento -1967-, los
tractores, dejan de fabricarse por los compromisos que Chrysler tiene con otras
multinacionales de no hacerse la competencia en esa área. Pocos meses después,
Barreiros vende sus acciones y a cambio de una generosa liquidación deja la
empresa que fundó y se compromete a no trabajar en el sector de la automoción
durante 5 años.
En ese tiempo Barreiros, a pesar de su fortuna, no deja de intentar
nuevos negocios, desde granjas mecanizadas a bodegas pasando incluso por la
búsqueda de oro y petróleo. En todos pierde dinero –especialmente en una
financiera relacionada con el tema inmobiliario- pero pasado el veto, se decide
a empezar de nuevo con la fabricación de motores. Reúne a todo su antiguo
equipo y se entrevista con Fidel Castro asegurándole que puede hacer por Cuba
lo que hizo por la España de la postguerra. Si años atrás tuvo que enfrentarse
a un camión de la GM, ahora la prueba es contra un motor de Nissan, ambos se
pondrían en funcionamiento sin parar durante 3 meses y Cuba compraría el que se
comportara mejor. Es 1982 y Barreiros gana a la multinacional japonesa y
empieza a construir en la isla caribeña tres fábricas que, entre otras cosas,
vuelven a transformar viejos motores de gasolina en diesel, en un curioso caso
de estructura circular vital.
Barreiros muere en 1992 y para las nuevas generaciones de españoles es
un desconocido. En otro país o en otra época Eduardo Barreiros sería un héroe
nacional y seguramente una gran empresa multinacional nacida de sus ideas
llevaría su nombre como es el caso de Ford, en España esos honores, que otros
como Goicoechea Oriol con el Talgo consiguieron, a él se le negaron por hacer
la competencia a una empresa estatal como Pegaso. Le tocó trabajar en una economía
intervencionista que asfixió su ambición, creyó encontrar la solución en una
multinacional que le engañó ya que buscaba un nuevo mercado y no su talento y
finalmente fue a hacer en otra economía intervenida, pero en la que no tenía
competencia de ningún burócrata, lo que se negó a hacer de joven: cambiar
ambición por resignación y conformarse con el orgullo del trabajo bien hecho.
PD- El relato de la vida de Barreiros es un resumen propio del
documental “Barreiros motor humano” dirigido por Marco Besas.
martes, 15 de abril de 2014
Los datos de las 25 compañías más importantes de Silicon Valley
Rank![]() | Company | Sales | Profit | Capex | R&D | Employees | Cash | Debt | Divs | Repurch | Tax |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Apple | $173,992 | $37,031 | $7,833 | $4,795 | 80,300 | $158,842 | $16,961 | $10,840 | $25,939 | $13,161 |
2 | Hewlett-Packard | $112,093 | $5,306 | $3,563 | $3,152 | 317,500 | $25,296 | $24,592 | $1,125 | $1,844 | $1,465 |
3 | $59,825 | $12,920 | $7,358 | $7,952 | 47,756 | $60,693 | $5,245 | $0 | $0 | $2,282 | |
4 | Intel | $52,708 | $9,620 | $10,711 | $10,611 | 107,600 | $27,781 | $13,446 | $4,479 | $2,440 | $2,991 |
5 | Cisco Systems | $47,873 | $8,173 | $1,341 | $6,195 | 75,049 | $50,693 | $17,147 | $3,633 | $8,117 | $1,938 |
6 | Oracle | $37,901 | $11,116 | $609 | $5,066 | 120,000 | $37,225 | $24,193 | $1,640 | $10,658 | $2,824 |
7 | eBay | $16,047 | $2,856 | $1,250 | $1,768 | 33,500 | $13,996 | $4,123 | $0 | $1,342 | $610 |
8 | Gilead Sciences | $11,202 | $3,075 | $191 | $2,120 | 6,100 | $2,571 | $6,700 | $0 | $582 | $1,151 |
9 | Synnex | $10,845 | $152 | $29 | $0 | 14,500 | $167 | $318 | $0 | $2 | $86 |
10 | Applied Materials | $8,126 | $475 | $189 | $1,372 | 13,700 | $3,122 | $1,946 | $468 | $197 | $172 |
11 | $7,872 | $1,490 | $1,362 | $1,414 | 6,337 | $11,449 | $476 | $0 | $0 | $1,254 | |
12 | Symantec | $6,799 | $869 | $274 | $1,028 | 21,500 | $3,890 | $2,094 | $314 | $500 | $218 |
13 | Agilent Technologies | $6,781 | $740 | $181 | $702 | 20,600 | $2,871 | $2,695 | $168 | $1,094 | $115 |
14 | NetApp | $6,393 | $614 | $229 | $930 | 13,060 | $5,069 | $995 | $103 | $1,687 | $89 |
15 | SanDisk | $6,170 | $1,043 | $213 | $742 | 5,459 | $7,220 | $1,985 | $101 | $1,590 | $473 |
16 | Sanmina-SCI | $5,870 | $102 | $62 | $28 | 40,909 | $407 | $644 | $0 | $26 | $32 |
17 | Advanced Micro Devices | $5,299 | ($83) | $84 | $1,201 | 10,671 | $1,187 | $2,058 | $0 | $0 | $9 |
18 | VMware | $5,207 | $1,014 | $346 | $1,081 | 14,300 | $6,175 | $450 | $0 | $635 | $133 |
19 | Yahoo! | $4,680 | $1,366 | $338 | $919 | 12,200 | $4,997 | $1,126 | $0 | $3,344 | $153 |
20 | Juniper Networks | $4,669 | $440 | $233 | $1,043 | 9,483 | $4,098 | $999 | $0 | $578 | $86 |
21 | Netflix | $4,375 | $112 | $192 | $379 | 2,022 | $1,200 | $500 | $0 | $0 | $59 |
22 | Intuit | $4,216 | $758 | $173 | $721 | 8,000 | $1,376 | $499 | $213 | $1,514 | $359 |
23 | Nvidia | $4,130 | $440 | $255 | $1,336 | 8,808 | $4,672 | $1,377 | $181 | $887 | $70 |
24 | Salesforce.com | $4,071 | ($232) | $299 | $624 | 13,300 | $1,321 | $1,589 | $0 | $0 | ($126) |
25 | Adobe Systems | $4,047 | $272 | $158 | $827 | 11,847 | $3,132 | $1,510 | $0 | $1,254 | $66 |
Fuente (donde se pueden ver datos de hasta 150 empresas):
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