El nuevo gobierno de Sánchez empezó con tan buen pie que en semanas las encuestas dieron un vuelto a la intención de voto: el PSOE pasaba del tercero al primer lugar y con bastante diferencia de PP y Cs, el más perjudicado en los sondeos tras su apoyo a Rajoy en la moción. Quizás Susana Díaz se las creyó y pensó que era un óptimo momento para adelantar unos meses las elecciones andaluzas. Y si gobernar con tan sólo 84 diputados y unos socios tan problemáticos ya le provocaba suficiente desgaste a Sánchez, el resultado de las andaluzas con la irrupción de Vox, no ha mejorado su situación. El fenómeno Vox cambia radicalmente el panorama porque no sólo roba votos –y muchos- al PP (que ya vivió fuga de votos a Cs) ya que es difícil que muchos “peperos” no se sientan identificados con la mayor parte del programa de Vox, es que ha conseguido reunir voto “indignado” desde la abstención e incluso desde la izquierda consiguiendo convencer a muchos de que es un partido “regenerador” a pesar de su tradicionalismo.
El actual gobierno lo tiene muy difícil para mantenerse en el poder y sacar adelante sus propuestas porque los independentistas catalanes están viendo que no consiguen ninguno de sus objetivos apoyándole. La disyuntiva es clara: los independentistas más radicales reconocen que un gobierno español menos amigo de Europa –como suponen que lo será si entra Vox (o sus ideas) en él- y más represivo contra ellos, les ayudaría en su estrategia del victimismo y conseguir su objetivo de superar el 50% de apoyos en Cataluña y unas mayores simpatías internacionales para su causa, pero por otra parte los actuales dirigentes puede que tengan miedo de un nuevo 155 (tan cacareado por PP, Cs y Vox) que les deje fuera del poder. Pero incluso sin su apoyo, la opción de nuevas elecciones no seduce a un Sánchez que tiene altas probabilidades de perder el poder… siempre según las encuestas, claro. Éstas dicen que el ascenso de Vox es tan grande que la suma de PP, Cs y ellos darían mayoría absoluta. Está la opción de un posible acuerdo PSOE+Cs que quizás sumaría los 175 diputados pero la química Rivera/Sánchez no está en su mejor momento.
Pero aparte de elucubraciones sobre el resultado y la fecha de unas posibles generales, lo que está claro es que en mayo hay municipales, algunas autonómicas y unas europeas. Las europeas no importan demasiado a escala nacional al coincidir con las otras pero como tienen la particularidad de ser a circunscripción única, puede mostrarnos un resultado mucho más cercano al de la voluntad real de los españoles que voten. Lo más llamativo a escala europea seguramente sea el ascenso de formaciones “populistas” y bastantes escépticas con el actual rumbo político de la UE basado en el “más Europa”. En las autonómicas y municipales se valorará si el auge en las encuestas de Vox es real ya que, si lo es, el juego de alianzas puede ser muy variado y probablemente Cs tenga la llave de la gobernabilidad en muchos sitios dependiendo de si se alía con el PSOE o lo hace con la suma de PP y Vox. De confirmarse estas previsiones, esto podría perjudicar bastante a Podemos y sus marcas afines ya que sólo parecen proclives a pactar con el PSOE y juntos sumarían en pocas localidades.
En cualquier caso, con lo volátil que ha sido el tema político en 2018 y el poco impacto que ha tenido en lo económico, no parece que todos estos posibles cambios vayan a estropear las previsiones. Datos como la bajada del crudo o el mantenimiento de los tipos bajos por parte de BCE tienen mucha más influencia económica que el que gobiernen unos u otros en municipios y autonomías e incluso si hay elecciones generales, nada apunta a un cambio radical de política económica. Lo más preocupante a mi juicio será la posible reacción negativa a la decisión judicial sobre los acusados por los sucesos de 2017, tanto de unos como de otros ya que seguramente dependerá del resultado que lo acaten o no. Si hay tibieza en las condenas o directamente la absolución, la crisis política que se desarrollaría en España sería enorme; y si, como parece más probable, hay condenas de varios años de cárcel (con rebelión o sin rebelión) puede haber una sobrerreacción tanto del independentismo catalán como de un gobierno que podría tener miedo de alimentar el voto a Vox actuando con tibieza. No tardaremos mucho en saberlo.