El momento político en España

En España en 2018 hemos tenido por un lado una economía en crecimiento que crea empleo y que se comporta mucho mejor que otros vecinos de la Eurozona y por otro un lío político bien curioso. Empezamos el año con un Rajoy con problemas para sacar adelante los PGE y un Sánchez que, recuperado su cargo hacía poco más de seis meses, le pedía que convocara elecciones si no era capaz de encontrar suficientes apoyos… mientras las encuestas apuntaban a Cs como partido más votado tras su reciente –e inútil- victoria electoral en Cataluña de la que hoy se cumple un año y dos semanas. Y en mayo todo cambió: tras la sentencia de la Gürtel, Rajoy no movió ficha y ello sirvió de excusa para que Sánchez lanzara una moción de censura que, quizás inesperadamente, triunfó sin demasiadas complicaciones. En días Rajoy se retiraba de la política y eso desencadenaba un cambio radical en su partido: Casado tomó el poder y Sáenz de Santamaría y Cospedal, las dos mujeres que más poder político habían acumulado durante más de seis años, acabaron retirándose.

El nuevo gobierno de Sánchez empezó con tan buen pie que en semanas las encuestas dieron un vuelto a la intención de voto: el PSOE pasaba del tercero al primer lugar y con bastante diferencia de PP y Cs, el más perjudicado en los sondeos tras su apoyo a Rajoy en la moción. Quizás Susana Díaz se las creyó y pensó que era un óptimo momento para adelantar unos meses las elecciones andaluzas. Y si gobernar con tan sólo 84 diputados y unos socios tan problemáticos ya le provocaba suficiente desgaste a Sánchez, el resultado de las andaluzas con la irrupción de Vox, no ha mejorado su situación. El fenómeno Vox cambia radicalmente el panorama porque no sólo roba votos –y muchos- al PP (que ya vivió fuga de votos a Cs) ya que es difícil que muchos “peperos” no se sientan identificados con la mayor parte del programa de Vox, es que ha conseguido reunir voto “indignado” desde la abstención e incluso desde la izquierda consiguiendo convencer a muchos de que es un partido “regenerador” a pesar de su tradicionalismo.

El actual gobierno lo tiene muy difícil para mantenerse en el poder y sacar adelante sus propuestas porque los independentistas catalanes están viendo que no consiguen ninguno de sus objetivos apoyándole. La disyuntiva es clara: los independentistas más radicales reconocen que un gobierno español menos amigo de Europa –como suponen que lo será si entra Vox (o sus ideas) en él- y más represivo contra ellos, les ayudaría en su estrategia del victimismo y conseguir su objetivo de superar el 50% de apoyos en Cataluña y unas mayores simpatías internacionales para su causa, pero por otra parte los actuales dirigentes puede que tengan miedo de un nuevo 155 (tan cacareado por PP, Cs y Vox) que les deje fuera del poder. Pero incluso sin su apoyo, la opción de nuevas elecciones no seduce a un Sánchez que tiene altas probabilidades de perder el poder… siempre según las encuestas, claro. Éstas dicen que el ascenso de Vox es tan grande que la suma de PP, Cs y ellos darían mayoría absoluta. Está la opción de un posible acuerdo PSOE+Cs que quizás sumaría los 175 diputados pero la química Rivera/Sánchez no está en su mejor momento. 

Pero aparte de elucubraciones sobre el resultado y la fecha de unas posibles generales, lo que está claro es que en mayo hay municipales, algunas autonómicas y unas europeas. Las europeas no importan demasiado a escala nacional al coincidir con las otras pero como tienen la particularidad de ser a circunscripción única, puede mostrarnos un resultado mucho más cercano al de la voluntad real de los españoles que voten. Lo más llamativo a escala europea seguramente sea el ascenso de formaciones “populistas” y bastantes escépticas con el actual rumbo político de la UE basado en el “más Europa”. En las autonómicas y municipales se valorará si el auge en las encuestas de Vox es real ya que, si lo es, el juego de alianzas puede ser muy variado y probablemente Cs tenga la llave de la gobernabilidad en muchos sitios dependiendo de si se alía con el PSOE o lo hace con la suma de PP y Vox. De confirmarse estas previsiones, esto podría perjudicar bastante a Podemos y sus marcas afines ya que sólo parecen proclives a pactar con el PSOE y juntos sumarían en pocas localidades.

En cualquier caso, con lo volátil que ha sido el tema político en 2018 y el poco impacto que ha tenido en lo económico, no parece que todos estos posibles cambios vayan a estropear las previsiones. Datos como la bajada del crudo o el mantenimiento de los tipos bajos por parte de BCE tienen mucha más influencia económica que el que gobiernen unos u otros en municipios y autonomías e incluso si hay elecciones generales, nada apunta a un cambio radical de política económica. Lo más preocupante a mi juicio será la posible reacción negativa a la decisión judicial sobre los acusados por los sucesos de 2017, tanto de unos como de otros ya que seguramente dependerá del resultado que lo acaten o no. Si hay tibieza en las condenas o directamente la absolución, la crisis política que se desarrollaría en España sería enorme; y si, como parece más probable, hay condenas de varios años de cárcel (con rebelión o sin rebelión) puede haber una sobrerreacción tanto del independentismo catalán como de un gobierno que podría tener miedo de alimentar el voto a Vox actuando con tibieza. No tardaremos mucho en saberlo.

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