Falsos mitos sobre los ricos

Refiriéndose a la anterior crisis escuché hace años un monólogo de un humorista canadiense que decía: “Ante una crisis tan grave como la actual no queremos políticos ni de uno ni de otro signo, lo que necesitamos es reunir en una sala a los hombres más ricos del mundo… ¡y robarles todo lo que tienen!”.

En su momento me hizo mucha gracia pero con el tiempo me he dado cuenta que algunos creen que en serio esa puede ser una solución. Y no hablo de tuiteros desaforados sino de personas con responsabilidad de gobierno, y con la complicidad de otros que saben lo infantil de esa creencia pero no se oponen a medidas auténticamente confiscatorias que se toman basadas en ella. No debería hacer falta recordarlo pero incluso tomando toda la riqueza de los más ricos del planeta no sólo no arreglaríamos los problemas económicos del mundo, además sería contraproducente ya que la inmensa mayoría de los ricos actuales lo son porque tienen empresas exitosas que sin ellos al frente y sin la motivación de obtener beneficios, una vez confiscados, es casi seguro que no lo serían tanto.

Tampoco debería hacer falta apuntar que el mayor porcentaje de la riqueza de estas personas no está en efectivo, está en activos (acciones, propiedades, arte…) que ante una expropiación –a todas luces ilegal, sería un robo aunque ese ya es otro tema- desplomarían su precio por lo que nunca se podría recaudar la cantidad que se pretende. Si a esto sumamos el pánico que una medida así provocaría cualquiera puede imaginar que las consecuencias económicas serían exactamente las contrarias de las que se supone se pretenden.

Y es que hay multitud de mitos erróneos sobre los ricos. Muchos creen que los ricos lo son porque crean pobreza. Y es que en una economía cerrada, que no crece, la existencia de ricos provoca más pobres porque sólo hay una limitada porción de riqueza que repartir. En la Edad Media, donde había un estancamiento tanto tecnológico como comercial y la posesión de tierra era casi el único bien productivo, un acaparamiento de ésta por determinados linajes generaba miseria. Todo eso cambió con el comercio, los descubrimientos y los avances tecnológicos. Si bien la gran transformación llegó con la Revolución Industrial. Y en la actualidad sabemos que en la mayoría de los casos la creación de riqueza por una persona no sólo no causa pobreza a nadie sino todo lo contrario. No es una teoría, tenemos por ejemplo el caso de China: todos los ricos que han ido surgiendo en las últimas décadas han coincidido con una reducción enorme en el número de pobres del país. Una vez más, dato mata relato.

Aún puede uno cruzarse con personas que te sueltan “el problema del sistema en el que vivimos es que los ricos necesitan que haya pobres”, ¿Cómo es posible que una idea tan absurda siga siendo tan común? Pues sigue siendo otro mito bastante vigente. Supongo que viene del inicio de la Revolución Industrial cuando la pobreza llevaba a aceptar puestos de trabajos de muchísimas horas, sin fines de semana y con sueldos miserables. Quizás en tiempos de Cuentos de Navidad de Dickens sí que llegó a ser cierto que los ricos deseaban que hubiera pobres, no lo sé. Pero si llegó a pasar, hace mucho que ya no. Y sólo hay que utilizar la lógica para deducirlo: los ricos de la actualidad son los dueños de multinacionales como Tesla, Amazon, Apple, Microsfot, Inditex...Lo que necesitan son consumidores con buenos sueldos y no personas sin recursos. Nada les gustaría más que los africanos tuvieran el poder adquisitivo de los europeos en lugar de vivir en un continente pobre. A mayor riqueza mundial, mayor consumo y por tanto mayor beneficio para ellos. Es de cajón.

A cualquier ministro de Hacienda, sea de la ideología que sea, lo que le interesa es que haya muchos ricos que hagan muchos negocios muy rentables para así quedarse con un porcentaje de esa riqueza vía impuestos. Pensar que hay gobiernos que no quieren eso es otro mito, cuando Irlanda –o Madrid- baja impuestos no lo hace para recaudar menos sino para atraer más actividad económica y con ello ingresar más, y además les lleva saliendo muy bien mucho tiempo. Incluso cuando Montoro aplicó en España la polémica amnistía fiscal lo hizo –como cuando por las mismas fechas ejecutó la misma medida un partido de izquierdas como Syriza en Grecia- buscando una mayor recaudación. Y Montero sigue el mismo camino: las mal llamadas Tasas Tobin y Google son un ejemplo si bien lo más llamativo es que somos el único país europeo que grava patrimonio, sucesiones y rentas del ahorro a la vez. Pero repito, el éxito de todas estas medidas dependerá de la actividad económica.

Poco se recaudaría si no hubiera ricos, que a pesar de su escasez suponen un gran porcentaje de los ingresos en cualquier tipo de impuesto, y si los hay es básicamente porque ha funcionado la democracia del consumidor. Si los creadores de Google son más ricos que los de Yahoo es porque cientos de millones de personas han elegido a uno en vez de a otro, del mismo modo hay empresas que quiebran porque no consiguen vender suficiente y otras no.

Somos los ciudadanos los que en estos tiempos hacemos ricos a la mayoría de los que lo son, sólo un porcentaje mínimo lo es por actividades no relacionadas con el consumo. Incluso lo podemos ver en los deportes: nadie puede afirmar que el talento de un futbolista de éxito sea mayor que el de la mejor gimnasta artística del mundo pero el gusto del público es el que determina que Messi fuera el primer contribuyente de España mientras otros muchísimos atletas, incluso con récords, no pasan de ser clase media. Lo mismo se puede decir en otras actividades como la música, los consumidores no premiamos el talento musical sino el del artista que mejor conecta con nuestros gustos. Y a éste (generalmente un cantante pop y no el mejor oboe de la mejor orquesta del mundo) es al que acabamos convirtiendo en rico. Nosotros.

Otro tema es que, en un mundo tan globalizado, es mucho más fácil que una multinacional pague menos impuestos que una pyme, y eso debería combatirse. Pensar que es fácil o que un solo gobierno puede hacerlo es otro mito falso. Algo que mucha gente no sabe es que Apple, a pesar tener una posición de liquidez enorme, emite deuda. Y no poca. ¿Por qué hace eso si no necesita más dindero? Porque la inmensa mayoría de ese efectivo lo tiene fuera de los Estados Unidos y si lo repatria debe pagar impuestos. Le sale más a cuenta endeudarse a los tipos actuales que traer al país el dinero que tiene fuera. Este creo es un buen ejemplo de cómo ni el país más poderoso de la Tierra consigue que sus multinacionales paguen los impuestos que sí pagan las empresas locales. Por eso sin coordinación internacional cualquier subida fiscal en un país como España lo que genera es que acaben pagando más impuestos los locales y se acabe dañando la economía, igual que las subidas de impuestos a “los ricos” acaban siempre suponiendo más presión fiscal para la clase media. 

Walmart, el origen de la empresa con más empleados del mundo

     (esta historia no está incluida en mi último libro La prehistoria, y algo de la historia, de 66 empresas: Nacionales y extranjeras, todas famosas, que te animo a adquirir)

Walmart no es muy conocida en España porque no es uno de los casi 30 países donde tiene establecimientos pero los números de esta empresa son enormes: es el líder mundial del comercio minorista con unas 11 mil tiendas físicas y, según la lista FortuneGlobal500, es la corporación privada con mayores ingresos del mundo, puesto que ha ocupado desde 2002, con la excepción de 2006 y 2009. Por si fuera poco, también es el mayor empleador privado del planeta (y el tercero total tras los ejércitos estadounidenses y chino), con más de 2 millones de empleados.

El fundador de esta multinacional nació en 1918 en Oklahoma (Estados Unidos) y su nombre es Samuel Moore Walton. Aunque durante muchos años fue el hombre más rico de su país, sus orígenes fueron modestos ya que es hijo de granjeros, un negocio tan poco fructífero que su padre dejó la granja y volvió a su antigua profesión de agente hipotecario cuando Samuel era un niño, lo que motivó un traslado de la familia a Misuri primero -donde se convirtió en el Eagle Scout más joven del país, lo que denota habilidades para la supervivencia- y a otros puntos del país después. Como adolescente ganó dos títulos estatales en baloncesto y fútbol americano (era quarterback) y fue estudiante de honor en la secundaria. Como su juventud coincidió con la Gran Depresión, además trabajó para ayudar económicamente a su familia, ordeñando vacas (y a veces vendiendo leche), repartiendo periódicos y ofreciendo suscripciones a revistas. También estuvo en el mercado laboral -por ejemplo de camarero- mientras estudiaba economía en la universidad y tres días después de graduarse, ya estaba empleado como gestor en prácticas en una tienda de Iowa de la cadena de supermercados JC Penney, puesto que abandonó por la entrada de su país en el conflicto bélico. En plena Segunda Guerra Mundial trabajó en una planta de municiones y se alistó llegando al grado de capitán aunque sin llegar a pisar un campo de batalla, ya que se desempeñó en inteligencia del ejército supervisando aspectos de seguridad. En 1943 se casa con la hija de un banquero con la que posteriormente tuvo cuatro hijos.

En 1945 deja el ejército y con 5.000 dólares de ahorros propios y 20 mil de su suegro, abre una franquicia en Newport (Arkansas). En ella experimentó con alguna de las novedades que pondría en práctica en Walmart (y que hoy hacen todos los supermercados) como resaltar los productos de precios bajos en las estanterías, colocar productos de alta rotación cerca de las cajas registradoras, o cerrar más tarde que la competencia, especialmente en épocas de mayor consumo como Navidades. Su éxito le lleva a tomar más franquicias, a tanta distancia en kilómetros, que incluso compró un pequeño avión de segunda mano para poder acceder a ellas. En 1962, y junto a su hermano pequeño Bud -que había sido piloto en la Guerra- y la ayuda financiera de su suegro, ya contaba con 15 tiendas franquiciadas y una propia aunque la primera Wall-Mart Discount City (su primer nombre) no llegaría hasta el 2 de julio de ese año, en la ciudad de Rogers (Arkansas). El nombre estaba dividido por un guion porque era la suma de las primeras tres letras del apellido del fundador más la palabra mart (mercado), aunque pronto se uniría en una sola palabra.

Su planteamiento era el de priorizar los productos nacionales y la apertura de sus tiendas en pequeñas ciudades, con una competencia limitada y donde pronto se convertía en el establecimiento principal de la localidad. Sus precios eran tan ajustados gracias al gran volumen de sus compras y la reducción de costes en logística (paralelamente, en Alemania Aldi hacía algo similar), con un servicio propio de camiones. Durante años se ha estudiado el “efecto Walmart” como influencia económica y social allí donde abría tiendas, estando abierta la polémica sobre si es positiva (mayores empleos, mejores infraestructuras) o negativa (pérdida de negocios tradicionales y de diversidad para el consumidor), sin llegarse a una clara conclusión.

En 5 años ya tenía 24 establecimientos, todos en Arkansas, y en 1975 ya contaba con 125 distribuidas en siete estados que ya eran 882 en 1985, año en el que a revista Forbes nombra a Sam Walton como el más rico del país. Gran parte de su crecimiento se debió a compras de rivales, lo que también haría posteriormente en muchas ocasiones para acelerar su expansión internacional. Desde 1972 cotiza en la bolsa de New York siendo una inversión excepcionalmente rentable para sus accionistas que han vivido este año un nuevo máximo histórico en su cotización, lo que también hace muy ricos a la familia Walton, que sigue manteniendo en su poder casi la mitad de la compañía. Cuando Samuel Walton murió, en 1992, Walmart tenía 1.960 tiendas y 380.000 empleados y se había convertido el año antes en la cadena minorista más grande de Estados Unidos. Esto es impresionante pero lo cierto es que su mayor expansión ocurrió tras su fallecimiento (en 1994 desembarca en Canadá y en 1995 abrió sus primeros establecimientos en América del Sur). Su figura es estudiada en las escuelas de negocios y no podemos olvidarnos de su frase más famosa: "Sólo hay un jefe: el cliente. Y puede despedir a toda la gente de la empresa, del presidente al conserje, simplemente llevando su dinero para gastar en otro lugar".


Los orígenes de Bluesky, ¿la alternativa a X?

    (esta historia no está incluida en mi último libro La prehistoria, y algo de la historia, de 66 empresas: Nacionales y extranjeras, todas famosas, que te animo a adquirir)

En el libro ya conté los comienzos de Twitter, esa red social que siempre ha estado implicada en polémicas dada su influencia. Esto hace que, como les pasa a otros medios -incluso tradicionales, en España podemos poner el ejemplo de los periódicos El Mundo o El País- aunque no sea un negocio rentable, sea codiciado por muchos. Uno de ellos fue Elon Musk, que lo adquirió y le cambió el nombre a X. Otros han optado por crear alternativas, como Mastodon en 2016, Threads en 2023 o Bluesky, que en la actualidad es la red que más crece, impulsada por la creencia, cada vez más extendida, de que la red social de Musk ha sido clave en la victoria de Trump sobre Harris. Así pues, en un movimiento que a día de hoy es imposible saber si tendrá continuidad, hay muchos “tuiteros” (y empresas y medios) que están migrando a Bluesky, a veces compartiendo ambas redes, a veces dejando atrás, en principio para siempre, la cuenta de X. Pero, ¿qué es bluesky? Pues podemos resumirlo en una frase: es Twitter sin Musk. El parecido es asombroso, es como una copia, y eso tiene una explicación muy fácil: Bluesky nació dentro de Twitter, como un proyecto personal -en 2019- del cofundador Jack Dorsey.

Dorsey, de familia inglesa y católica, nació en 1976 en Misuri, Estados Unidos, y desde muy joven se interesó por la tecnología y, más en concreto, por la programación (a los 14 años creó un software de código abierto de logística que se comunicaba con taxis en tiempo real). Aunque estudió en universidades de Misuri y Nueva York, se trasladó a California, donde estaba el meollo de los negocios en red. Él fue el que escribió el primer tuit de la historia el 21 de marzo de 2006: “Just setting up my twttr” (solo ajustando mi twttr) y fue su primer director ejecutivo, realizando esa y distintas labores en la empresa hasta 2021. Él era el CEO de la empresa cuando Twitter tomó la polémica decisión de silenciar la cuenta de Donald Trump tras los sucesos de enero de 2021 en el Capitolio. Se le acusó de censor y de ser parcial (Dorsey nunca escondió sus preferencias por el partido demócrata) aunque él lo zanjó con un tuit: «Si la gente no está de acuerdo con nuestras normas y su aplicación, simplemente puede irse a otro servicio de Internet». Paralelamente a sus funciones directivas en Twitter, en 2009 funda Square, una plataforma de pagos para pymes (aunque también ha ofrecido otros servicios financieros como la negociación en criptomonedas), que ahora se llama Block (término relacionado con la tecnología blockchain) y que cotiza en el Nasdaq desde 2015. También es conocido por su fe en el Bitcoin, y este mismo año profetizó que el bitcoin valdrá “al menos un millón” en 2030. Por cierto, en marzo de 2022 vendió ese primer tweet del que hablábamos antes, como NFT (token no fungible) por 1,630.58 Ethereum (con un valor de casi 3 millones de dólares en ese momento), convirtió las ganancias a bitcoin y las donó a un fondo de ayuda para el Covid-19 en África.

El caso es que Bluesky no nace como red social alternativa, sino como intento de dar a los usuarios un control total de su identidad online, ¿Cómo? Permitiendo a los usuarios de redes sociales trasladar sus cuentas, sus mensajes y sus seguidores a redes sociales de la competencia. Su intención era que si alguien se daba de baja en Facebook, Reddit, Twitter incluso, pudiera llevarse consigo lo que había dejado en ellas. No parece que Dorsey (que se salió de la junta directiva de Bluesky hace apenas unos meses) tuviera interés en hacerla rentable (algo que ya le criticaron mucho en su etapa de CEO de Twitter, la poca eficacia en monetizar tanta influencia y tantos millones de usuarios) puesto que aunque contrató empleados ya en 2021, y en diciembre de 2023 ya se podía ver el contenido sin darse de alta, hasta el 6 de febrero de 2024, sólo se podía ingresar en Bluesky por invitación.

La directora ejecutiva de Bluesky, que lleva en el cargo desde 2021, es Lantian Graber, nacida en 1991 en Oklahoma hija de una china acupunturista -emigrada unos años antes- y un suizo profesor de matemáticas. Ingeniera de software, pronto se implicó en proyectos cripto si bien en 2019 fundó una web para conectar a los usuarios que se conocieron en eventos y permitirles publicar y comentar las reacciones, orientando su trabajo hacia las redes sociales y la competencia (según ella reconoció) a Facebook. En ese año es cuando Dorsey la incluye en el proyecto Bluesky. Su trabajo convence tanto a Dorsey como al CEO de Twitter que le sustituye -Agrawal- y ambos le ofrecen dirigirlo en solitario en 2021. Y es ella la que exige la escisión y que sea una empresa independiente de Twitter: «No se puede crear un protocolo descentralizado que vayan a adoptar muchas partes si pertenece en gran medida a uno de los actores existentes».

Fue un acierto pues tras la llegada de Musk a finales de 2022 cierra el grifo de la financiación (aunque gracias a la adquisición les correspondieron 13 millones de dólares) y la promesa de usar la tecnología de Bluesky para los usuarios de Twitter. Poco a poco el propósito original de Bluesky cambia radicalmente y se va convirtiendo en la red social más similar a Twitter (parece un calco) y quizás la más amenazante para ella. Esto se vio con mucha claridad el 31 de agosto de 2024 cuando un juez prohibía X en Brasil y de repente un millón de usuarios de ese país se dieron de alta en Bluesky. Y con la victoria de Trump y el anunciado nombramiento de Musk como miembro de su gobierno, el proceso se está acelerando.


Keynes, la Bolsa y las pensiones

Keynes es probablemente el economista más famoso e influyente de la historia aunque, como suele pasar, muy poca gente lo ha leído; lo cual no tiene por qué ser malo salvo en el caso de los que hablan de oídas pretendiendo convencer a los demás usando como argumento teorías que en realidad no conocen. Dejando esto de lado, Keynes se ha politizado mucho contraponiendo sus argumentos a los de la escuela austriaca pero su figura va más allá de esta polémica. 

Por ejemplo, en “La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero” hace una de las alegorías más famosas sobre la bolsa: la del concurso ficticio de belleza. Consistía en exponer que si en un periódico se preguntaba a los lectores sobre cual creían que iba a ser la chica más votada –no la más bella-, en la decisión de cada uno pesaría lo que creían que pensarían los demás por encima de su propia opinión sobre cuál era la más guapa. Esa diferencia, según Keynes, es la que predomina en el especulador bursátil, que buscará estrategias y formas de prever y anticipar el movimiento del resto de inversores para salir beneficiado antes que valorar la inversión en sí. De este modo, él creía que la bolsa estaba sometida a fuertes expectativas a corto plazo con poca base sólida sobre la que sostenerse. Es más, creía que incluso para el largo plazo lo que más importaban eran esas expectativas a corto plazo. 

¿Tenía razón? Los analistas fundamentales creen que no. Piensan que con el análisis de toda la información disponible de una compañía obtendrán una valoración objetiva de la misma. Una vez determinado si un valor cotiza caro o barato según esa información, se toma una decisión de inversión. ¿Por qué si esa información es pública no cotizan todas las acciones en su justo precio? La razón que dan es que el mercado es eficiente en el largo plazo pero ineficiente en el corto y gracias a ello se puede hacer un gran negocio comprando participaciones en empresas infravaloradas que, tarde o temprano, alcanzarán su justo valor. Es la teoría de los inversores “value” como Warrent Buffet: aprovechar ineficiencias en el corto plazo para obtener un gran beneficio en el largo plazo. 

Como en todo, es probable que ambos tengan su parte de razón aunque hay algunos aspectos del análisis fundamental peligrosos, por ejemplo: 

-Que Warren Buffet sea muy bueno como gestor, no implica que al ser él “value”, todo gestor “value” sea bueno también. Es evidente que él tiene un método propio que va más allá de las teorías generales en las que se basa el método de inversión “value”. De hecho, son famosos los muy pobres resultados de algunos de sus imitadores. 

-Todos los inversores disponen de la misma información que es proporcionada por la propia compañía lo que ya hemos comprobado no tiene por qué ser cierto (no hace mucho se pudo comprobar en España con los casos de Banco Popular o Gowex) por lo que lo recomendable sería invertir en índices y no en acciones para evitar estos supuestos.

-La interpretación tampoco es la misma, y podemos comprobar cómo diferentes analistas fundamentales otorgan valoraciones distintas al precio objetivo de una acción por lo que es evidente que no hay un consenso claro.

-El estudio sobre una empresa puede quedar obsoleto antes de alcanzar ese valor “justo” y de hecho los analistas van variando sus recomendaciones según pasan las semanas.

-Hay muchos factores ajenos a la propia compañía que no sólo influirán en sus cotizaciones, también en su negocio, lo que cambiaría todo el análisis. ¿O es que se puede juzgar con los mismos parámetros a un valor griego antes de 2010 y después? ¿Y a las compañías mineras y extractoras de petróleo? ¡Menuda diferencia de valoración de cuando el crudo estaba a 100$ barril a la actualidad! Y valores concretos pueden verse afectados por decisiones políticas puntuales como la denegación de una licencia para una televisión o un cambio normativo para una eléctrica o una multa a una automotriz… lo que destroza cualquier previsión. 

Se puede decir que en muchas circunstancias en el largo plazo hay cierta racionalidad y que los que compraron (índices porque en valores pudieron equivocarse a pesar de lo mucho que ha subido el mercado) en lo peor de la crisis norteamericana (de septiembre 2008 a marzo 2009) hoy ganan mucho dinero pero también hay muchos inversores de largo plazo –por ejemplo en Japón, Chipre, Grecia… o en Nokia, Telefónica, RWE…) que tienen pérdidas por creer a los analistas fundamentales. 

Esta polémica que puede parecer farragosa ya no es exclusiva de los minoritarios inversores/especuladores ya que la creencia en la racionalidad del mercado accionarial a largo plazo es la base de la mayoría de planes de pensiones privados que son cada vez más numerosos (y en muchos casos necesarios debido a que las pensiones públicas cada vez serán menos generosas). De hecho, incluso hay países –como Francia- que utilizan la bolsa como destino de parte de los fondos de la Seguridad Social para obtener una mayor rentabilidad. La alternativa es tan dolorosa que (y esto es una noticia de marzo) en Dinamarca ya hay planes de pensiones que “garantizan” un rendimiento negativo. 

¿Tenía razón Keynes y son las creencias sobre el comportamiento del grupo lo que determinan el corto plazo en los mercados financieros? Y si es así, ¿es cierto que esas creencias en el corto plazo acaban influyendo en el largo y nada tienen que ver con la racionalidad? ¿O tienen razón los analistas fundamentales que piensan que las caídas a corto que infravaloran cotizaciones son siempre oportunidad de compra porque a largo plazo acabarán ajustando su valor a su precio objetivo y por lo tanto el mejor plan de pensiones es invertir cuando más pesimista sea el ambiente bursátil? No son preguntas baladís porque de su respuesta puede depender que la mejor forma de ahorrar para la jubilación, y más ahora en un contexto de tipos de interés ultra bajos en los que la renta fija o los depósitos no ofrecen rentabilidad, sea la bolsa. 

Personalmente no descartaría materias primas o inversiones inmobiliarias (en países donde no sea excesivamente castigada su posesión) pero es cierto que para el trabajador medio tipo que quiera sacar algo a sus ahorros pensando en el futuro, la renta variable parece la mejor opción. Eso sí, lo ideal es comprar fondos indexados de bolsa (de este modo no hay riesgo de invertir en una empresa que pueda quebrar ya que antes de eso sería expulsada del índice) y no sólo de un país ya que eso de que a largo la bolsa siempre sube no se da en todas partes (por ejemplo, el Nikkei japonés tardó más de 30 años en recuperarse de la caída de los ´90 del siglo pasado), lo ideal es diversificar. 

Si uno contrata un plan de pensiones y va aportando cada mes un poco de su sueldo, el gestor –en la mayoría de las ocasiones- según recibe el dinero comprará estén como estén las cotizaciones, lo que no me parece sea una gran labor de gestión por la que cobrar –encima- comisiones nada baratas. Si uno se va construyendo su propia “cartera de fondos” para el futuro, lo ideal es esperar con la liquidez a ese momento de fuertes bajadas que periódicamente ocurren (como por ejemplo las de 2020) en bolsa e invertir en ese momento. Por supuesto es complicado acertar, y quizás sea mejor ir haciendo aportaciones cada cierto tiempo pero en mi opinión, si la idea es no vender en mucho tiempo, el precio de compra es crucial y merece la pena trabajárselo un poco. Y es que tengo que darle la razón a Keynes en que, a corto plazo, los movimientos de los mercados financieros tienen un gran componente de irracionalidad; y eso que parece algo muy malo puede ser muy provechoso para rentabilizar mejor nuestros ahorros.

 


Bimbo y Panrico, el origen del donut español

  (esta historia no está incluida en mi último libro La prehistoria, y algo de la historia, de 66 empresas: Nacionales y extranjeras, todas famosas, que te animo a adquirir)

Juan Servitje nació en la localidad catalana de Ódena en 1887 y en 1904 emigró a México donde se casó con otra española, Josefina Sendra, en 1916 (ella sólo llevaba dos años viviendo en México). En Ciudad de México fundó, en 1928, la pastelería “El molino de Argentina”. En ella trabajaron sus hijos desde muy jóvenes, llamándose el primogénito -nacido en 1918- Lorenzo, que compaginó su labor en la tienda con estudios de contaduría pública. Su padre muere con apenas 49 años, por lo que se hace cargo del negocio familiar junto a su madre y cuatro hermanos. Vendían pan fresco, bollos y pasteles, pero el pan de molde solía importarse de Estados Unidos. Interesado en ese negocio, se le ocurrió montar una panificadora, aunque no disponía de suficientes recursos por lo que recurre a la familia. Precisamente su tío Jaime Sendra, encargado de producción de la pastelería, tenía un suegro con suficiente capital (Daniel Montull, otro español de Salsadella, Valencia) que ayudó a un proyecto donde estaría implicado parte de su familia.

De este modo en noviembre de 1945 los fundadores de la empresa, que llegó a ser una de las multinacionales más importantes de México, fueron Lorenzo Servitje, su hermano Roberto Servitje, su tío materno Jaime Sendra, José T. Mata (amigo de la infancia de Lorenzo), Alfonso Velasco (su padre había sido el fundador de Pan Ideal, la primera panificadora mexicana fabricante de pan de molde) y su primo Jaime Jorba (trabajador de la pastelería, nacido en Tarrasa), de estos dos últimos hablaremos después. La idea de los cinco fundadores era ofrecer un producto fresco que se pudiera ver, por lo que el envoltorio debía ser transparente. El nombre de la empresa surge de la combinación del popular juego Bingo y de Bambi, el famoso cervatillo de Disney, y la imagen del osito le llegó a Jaime Jorba en una tarjeta de Navidad, Anita Mata, esposa de Jaime Sendra, le puso el gorro, el delantal y el pan bajo el brazo mientras que Velasco le arregló la nariz… y ya tuvieron logotipo para la marca.

La empresa fue un éxito inmediato y pronto empezó su expansión. Sin embargo, el carácter estricto de Lorenzo llevó a que Alfonso Velasco y Jaime Jorba dejaran la empresa. Alfonso era mayor que Lorenzo (nació en 1904) y pronto se rebeló creando una panificadora rival llamada Nopal, que con los años acabaría siendo adquirida por el Grupo Bimbo. Jaime Jorba, nacido en 1918 y que emigró a México en 1936 huyendo del servicio militar (y sin saberlo, de la guerra civil), aunque dentro de Bimbo tenía los mismos conflictos con Lorenzo que Alfonso, era de la familia, incluso acabó casándose con su hermana (y prima suya) y aguantó en gerencia de ventas en México hasta 1961, año en el que vuelve a España y, con dos socios, crea una panificadora con el nombre Bimbo. 

Este Bimbo español inicia su actividad, con la ayuda de dos socios, en 1965 con el primer pan de molde español, producido en su fábrica de Granollers. Fue un éxito rotundo, aunque para aumentar su producción en 1971 se asocia con la estadounidense Campbell Taggart Inc. Lo curioso es que Jorba en 1978 vende sus acciones y deja la compañía y de este modo existía un Bimbo mejicano, multinacional potente, y un Bimbo español que ya nada tenía que ver con la empresa original aunque usara el mismo nombre. Evidentemente, esto acabó en batalla legal, máxime cuando Grupo Bimbo empezó a vender en España productos de bollería (aunque específicamente no podían comercializar pan). Este asunto se prolongó durante décadas, teniendo que ser el Tribunal Europeo en 2012 quien dictara sentencia a favor de Bimbo España, prohibiendo al grupo Bimbo que usara su nombre en España. No obstante, los burócratas llegaron tarde ya el año anterior la mejicana había comprado a la española, consiguiendo que la marca Bimbo fuera exclusiva suya para todo el planeta. Y entonces se lanzó a por su mayor competidor español: Panrico

Andreu Costafreda nace en Alfarrás (Lleida) en 1909 y queda huérfano con 5 años por lo que trabaja desde muy joven, estableciéndose en Barcelona en 1928 donde abre una panadería. En 1952 funda Costafreda y Sugarline, produciendo y comercializando harinas panificadoras y en 1961 se asocia con la familia Rivera para crear una nueva empresa para elaborar colines de pan (también conocidos como grisines), un producto con un gran margen de beneficio. Dado que es una panificadora y que estaban implicado Rivera y Costafreda, el nombre que surge es Pan-Ri-Co, que además de ser unas iniciales, suena muy adecuado. Su mayor acierto es, tras un viaje a Estados Unidos donde los conoce, adquirir en 1962 la exclusiva de la marca registrada Donuts para España. A partir de ahí su éxito fue arrollador y varias generaciones aún se acuerdan del “¡anda, la cartera!” del anuncio. Otro acierto fue el lanzamiento en 1970 del Bollycao. Hasta 1985 no se internacionaliza con una fábrica en Sintra (Portugal), llegando a abrir una planta en Pekín (China) en 1997. En 1973 la británica J Lyons & Co. adquiere el 50% pero tras la muerte de Andreu Costafreda en 1998, la familia recompra las acciones vendidas y crea el Grupo Panrico que llega a vender incluso productos congelados.

En 2005, la firma de capital riesgo Apax Partners compró todas las acciones de Panrico y vendieron sus fábricas de Grecia y China para concentrar el negocio en España y Portugal. Con los fondos compran en 2008 a Kraft Foods su negocio de galletas Artiach (y las famosas marcas Chiquilín, Filipinos, Artinata…) que en 2012 venderían a Nutrexpa, y en 2010 adquieren la Bella Easo, marca líder en magdalenas y pan de leche. Esta expansión y el error comercial de 2009 de envasar los donuts en plástico para su venta en bares, junto a la crisis económica, dispara la deuda de la empresa y empiezan las dificultades financieras. En 2011 otro fondo, Oaktree, se hace con la compañía y reestructura la deuda despidiendo personal en 2013 y declarando ese año el preconcurso de acreedores, que se levantó al año siguiente. No obstante, Bimbo no desaprovechó la ocasión de quedarse con los donuts y en 2015 adquiere la totalidad del negocio de Panrico, que queda sólo como marca de pan de molde que Bimbo vende a Adam Foods, puesto que no le interesa duplicar su oferta. Y de este modo el Donut, creación supuestamente estadounidense (en realidad el bollo de pasta frita nació en Holanda en el siglo XVII pero emigrantes lo llevaron allí, que fue donde le hicieron el agujero porque en el centro quedaba algo crudo), es en España algo mexicano… de origen catalán.

Johnnie Walker, el whisky fundado por un abstemio

   (esta historia no está incluida en mi último libro La prehistoria, y algo de la historia, de 66 empresas: Nacionales y extranjeras, todas famosas, que te animo a adquirir)

Johnnie Walker nace en 1805 en la granja de sus padres en Kilmarnock, al oeste de Escocia. No se conoce demasiado de él ya que la destilería que fundó se hizo famosa tras su fallecimiento, en 1857, pero su nombre siempre estará asociado al whisky escocés. Se sabe que vendió el negocio familiar a la muerte de su padre y con el dinero montó una pequeña tienda de comestibles siendo muy joven (15 años). Hay testimonios que afirman que con 20 años ya destilaba ron, brandy, ginebra y whisky. Parece ser que con este último tuvo más éxito y en 1850 ya lo vendía con la marca "Walker's Kilmarnock Whiskey". Lo más llamativo de este giro en su negocio de venta al público, es que él era un seguidor del “Movimiento de la Templanza” y, por tanto, no bebía alcohol. También conocemos que en 1833 contrae matrimonio con Elizabeth Purvis, hecho fundamental porque es la madre de sus cinco hijos (tres varones y dos féminas) y que murió en su casa (como “tendero y vendedor de bebidas alcohólicas” según el registro oficial) estando presente su primogénito, Alexander Walker (nacido en 1837), que es el que crea y desarrolla la empresa que lleva el nombre de su padre tras heredar el negocio con 20 años.

Hay que hacer un inciso de cultura general: el whisky con el que se hace famoso Johnny Walker es un blend, que es la combinación de uno o varios single malt scotch con uno o varios single grain scotch, ¿qué significa esto? Que hay wiskis que han sido creados con agua, levadura y la malta de la cebada y hay otros donde en la destilería además de agua se usaron otros granos como el maíz, centeno, trigo o cebada (o incluso mezclados). Por tanto el blend es una mezcla de whisky de malta y whisky de grano, y es el más famoso de los que procede de Escocia (en contraste, el bourbon estadounidense tiene una mayoría de maíz en su mezcla de granos).

Es Alexander el que ve las posibilidades del producto creado por su padre, se olvida de los comestibles y de otros licores y comercializa un whisky blend llamado "Walker’s Old Highland", desde 1865 (aunque no lo registra hasta 1867) y empieza a exportarlo. Hay una versión que dice que es por este motivo, por la facilidad para el transporte, por lo que, no sabemos si por decisión propia o no, adopta el diseño cuadrado de la botella tan característico a partir de 1870. Tampoco sabemos si fue idea suya que la etiqueta siempre esté aplicada inclinada, en un ángulo de 24 grados para facilitar la visión del texto, algo que registraron en 1877. Lo que sí sabemos es que su éxito fue arrollador. En 1879 obtuvo su primera medalla en una exhibición de bebidas… ¡en Australia!

También muere no muy mayor, como su padre, a la edad de 52 años, dejando dos hijos, George Paterson Walker y Alexander Walker II. Cuando en 1889 heredan la compañía, el primero se encargó del márquetin y la distribución desde la oficina de Londres mientras el segundo supervisaba la producción y la mezcla en fábrica, convirtiéndose en portavoz de la industria del whisky. Ellos son los que hacen el cambio de nombre a la empresa: de Walker’s Kilmarnock Whiskies a Johnnie Walker Whisky. Para poder mantener la producción en 1893 llegan a un acuerdo y compran Cardhu (fundada en 1824, también en Escocia) a cambio de que la familia Cumming, descendientes del fundador, siguieran administrando sus destilerías. Durante decenios los mejores whiskies blend de Johnny Walker han tenido un gran porcentaje del whisky de malta Cardhu, aunque ambas hayan coexistido como dos marcas diferentes.

En 1909, George crea al “walker” (caminante) y el lema «Born 1820—Still going Strong!», que distinguía a la marca de las demás con el logotipo del hombre que caminaba y aumentando la edad de la marca, ya que usó 1820 por ser la fecha de la inauguración de la tienda de su abuelo (de hecho, en 1970 también presumieron de cumplir 150 años). Aunque fue Alexander quien añadió a la mezcla de su padre (llamada en ese momento Walker's Old Highland) dos más a la línea: Old HighlandSpecial Old Highland, fue George el que acudió a los colores en 1909 y las llamó Negra, Roja y Blanca (aunque la blanca desapareció con la Primera Guerra Mundial) para renombrar las marcas.

George tampoco llegó a anciano, nació en 1864 y murió en 1926 por lo que es su hermano Alexander (1869-1950), que en 1920 fue nombrado Sir por el rey, el que toma mayor protagonismo en la historia de la compañía. En 1932, creó la Johnnie Walker Swing, un whisky “para viajeros” -obtenido a partir de la mezcla de 35 whiskies de malta y grano- que venía en una curiosa botella que podía balancearse adelante y atrás, y que más tarde inspiró el packaging de Johnnie Walker Odyssay. Se retiró en 1940. Sin embargo, en 1995 nacía Johnnie Walker Gold Label, sabor basado en las notas que Alexander Walker había dejado para la creación del blend del centenario en 1920.

En 1966 la marca obtuvo reconocimiento real con el Queen's Award for Export Achievement, el premio de mayor prestigio otorgado en Reino Unido a las empresas por sus exportaciones. Incluso hoy es el whisky más vendido del mundo. Sin embargo, la empresa como tal dejó de existir, y como en el caso de Oscar Mayer, ahora es sólo una marca, perteneciente a Guinness desde 1986 y a Diageo desde 1997 hasta la actualidad. La dirección de Diageo decidió en 2012 cerrar la mítica destilería de Kilmarnock y la trasladó a Glasgow. 


Oscar Mayer, el mítico fabricante de salchichas que sobrevive como marca

(esta historia no está incluida en mi último libro La prehistoria, y algo de la historia, de 66 empresas: Nacionales y extranjeras, todas famosas, que te animo a adquirir)

Cuando nació Oscar Ferdinand Mayer en 1859 en el entonces llamado Reino de Wurtemberg, (que hoy sería el estado federal de Baden-Wurtemberg) aún no existía Alemania como país (empezó en 1871) pero no hay duda de su origen europeo, si bien se ve a la empresa que montó como un símbolo típicamente estadounidense. El principal motivo es que de adolescente, en 1873, se mudó con su primo J. Schorll, a Detroit, donde empezó a trabajar en el mercado de carne. En 1876 se muda a Chicago, también junto a su primo, y esta vez se emplea en una empresa de envasado… de carne. Meticuloso, Oscar decide montar su propio negocio en 1880 pero, lejos de precipitarse, escribe a su hermano menor Gottfried, que está en Alemania, y le pide que estudie el proceso de elaboración de las salchichas y tardan tres años en montar, juntos, una carnicería en Chicago donde empezó a labrarse fama como fabricante de salchichas, por lo que se considera 1883 el año de la fundación de Oscar Mayer.

En 1887 se casa con otra emigrante (originaria de Múnich) y en parte por eso, y en parte porque el que les alquila la tienda exige más dinero, decide comprar una propiedad de dos pisos que era negocio en su planta baja y residencia familiar en la alta. También influye que se une al proyecto otro hermano, Max, que pasaría a encargarse de la contabilidad (mientras Oscar era el jefe y Gottfried el encargado de la producción). Su crecimiento no fue demasiado rápido y tardó en dar el salto del distrito alemán. En 1900 servía ya a toda la ciudad de Chicago con apenas 43 empleados gracias a la apertura del Mercado de Carne Kolling, sin embargo no fue hasta 1904 que la empresa empezó a promocionar sus productos bajo la marca Oscar Mayer (antes usaron Edelweiss, en cualquier caso fue innovador usar una marca para denominar a productos cárnicos). En 1911 la empresa se convierte en “Oscar F. Mayer y hermanos”.

Durante la década de los ´10 van ampliando rutas, empleando para ello un Ford Modelo T, y dan el gran salto con la entrada del país en la I Guerra Mundial, ya que un tercio de los ingresos de 1918 se debía a ventas al gobierno de productos para alimentar a las tropas, carne que venía con el sobrenombre “Productos Cárnicos Aprobados por Oscar Mayer”. Al año siguiente compran una empaquetadora de carne en Wisconsin y vuelven a cambiar el nombre de la empresa a “Oscar Mayer & Co.”. Desde 1924 se centran en ser ellos mismos los distribuidores de todos sus productos y acortan a “Oscar Mayer”.

Aunque el fundador no muere hasta 1955, es su hijo, también Oscar, el que dirige la expansión y el que en 1936 decide sacar el Wiener Mobile, ese vehículo en forma de salchicha que tanta fama dio a la compañía. Y siguió expandiéndose por el país como empresa familiar (a Oscar hijo le sucedió Oscar nieto) hasta 1977. La crisis del petróleo de 1973 había afectado mucho a la empresa, así como la competencia, y estaba en franca decadencia a pesar del prestigio de la marca. En 1981 los accionistas venden Oscar Mayer a General Foods, que es adquirida en 1985 por Philip Morris, tratando de diversificar su negocio de cigarrillos ante la cruzada global antitabaco. El caso es que Oscar Mayer muere entonces como empresa pero se mantiene como marca. De hecho, en 1988 una flota de 6 Wienermobiles de 7 metros de largo recorrió Estados Unidos remarcando que es la marca Oscar Mayer lo que más valor tenía para General Foods. En 1989 la tabaquera compra Kraft Foods y la fusiona con General Foods formando Kraft General Foods, que sale a bolsa en 2001. Todo este baile desemboca a que en 2015 HJ Heinz Co. compre Kraft Foods Group y pase a llamarse Kraft Heinz, que es quien comercializa los productos con marca Oscar Mayer por todo el mundo. Aunque en España fue, y es, distinto.

Oscar Mayer en España

En 1976 la empresa estadounidense adquiere el 40% de General de Mataderos, propiedad de Anselmo Gil, utilizando su material cárnico para desarrollar sus recetas en el mercado español. Tres años después llega hasta el 80% y Oscar Mayer S.A. (OMSA) es vendida por los estadounidenses al grupo alemán COOP A.G., si bien en 1991 es adquirida por sus directivos españoles con la ayuda del empresario Juan Abelló y su financiera Inversiones Ibersuizas. Otro accionista de referencia en esa etapa fue Construcciones y Contratas. La sociedad pudo mantener el nombre de Oscar Mayer pagando royalties a los estadounidenses por usar la marca. En el año 1999 se estuvo negociando una fusión con Navidul para hacer la competencia al otro grupo cárnico de importancia en el país: Campofrío. La abrupta ruptura de las negociaciones lleva a OMSA a intentar hacer la competencia a Navidul y entra en el negocio del jamón curado construyendo, en colaboración con Ibercaja, un secadero de jamones en Teruel. Finalmente, en el 2000 es Campofrío, liderada por Pedro Ballvé, quien lanza una OPA amistosa y se queda con OMSA. Desde entonces hasta la actualidad, Campofrío es quien produce y vende en España los productos Oscar Mayer pero, como dijimos antes, la historia empresarial de O.M. desapareció hace mucho tiempo y sólo queda el prestigio de la marca.


Rolls Royce, la extraña pero fructífera alianza

  (esta historia no está incluida en mi último libro La prehistoria, y algo de la historia, de 66 empresas: Nacionales y extranjeras, todas famosas, que te animo a adquirir)

Frederick Henry Royce nace en 1863 cerca de Cambridge (Reino Unido) como el menor de cinco hermanos. Todos se tuvieron que trasladar a Londres tras fracasar el negocio familiar (un molino de harina) y la muerte del padre en 1872. Esto empujó al joven Frederick al mercado laboral, vendiendo periódicos y entregando telegramas. Es decir, prácticamente no fue al colegio. Con 15 años entra de aprendiz en la compañía ferroviaria Great Northern Railway donde empezó a interesarse por la locomoción. Tras tres años, y una corta estancia en una empresa de herramientas en Leeds, vuelve a Londres y trabaja en la Electric Ligth and Power Company, empresa especializada en la iluminación de calles y teatros y que se traslada en 1882 a Liverpool. Aprovecha todo lo aprendido y en 1884 monta con un amigo un negocio de accesorios eléctricos (apenas un taller) en Manchester con un capital inicial de 70 libras, de las que sólo 20 eran propias. Y triunfa, el negocio se llamaba F H Royce and Company. En 1894 comienza a producir dinamos y grúas eléctricas y en 1899 acorta el nombre a Royce Ltd. saliendo a cotizar en bolsa.

Charles Stewart Rolls, de familia noble galesa (su padre era barón), nace en 1877 en Londres y disfruta de una educación elitista, si bien su interés temprano por los motores le ganó el mote de “Rolls el Sucio” entre sus compañeros de la escuela privada. En 1894 acude a Cambridge e ingresa en el prestigioso Trinity College para estudiar ciencia mecánica y aplicada. En 1896 celebró su 18 cumpleaños viajando a París para comprarse su primer coche, un Peugeot, y firma como socio del Automóvil Club de Francia (al año siguiente es miembro fundador del Automóvil Club de Gran Bretaña, con la intención de abolir las restricciones impuestas a los vehículos de motor por una ley de 1865). Se cree que ese automóvil fue el primero que se vio en Cambridge, lo que, unido a su aspecto físico (1,95 de estatura) le proporcionó cierta fama en la villa. En 1996 también se convierte en capitán del Club de Ciclismo de la Universidad de Cambridge. Se gradúa en 1898. Su recorrido laboral comienza en un yate de vapor y, como Frederick, también trabaja en una empresa ferroviaria. Pero en 1903, y gracias al dinero de su padre, funda uno de los primeros concesionarios de automóviles de su país. La C.S.Rolls & Co., con un importante capital de 6,600 libras, con sede en Fulham, importa y vende Peugeot franceses y Minerva belgas. Por desgracia, tiene el trágico honor de ser el primer británico que murió en un accidente aeronáutico con un avión motorizado, cuando la cola de su avión se desprendió durante una exhibición de vuelo. Tenía 32 años y era 1910 pero antes de morir le dio tiempo a hacer una fructífera asociación.

Frederick Henry Royce empezaba el siglo XX con una empresa de grúas y dinamos a la que él mismo no veía mucho futuro, es por eso que empieza a interesarse por los coches, comprando su primer automóvil en 1901. Adquirió otro más pero como no acabó de convencerle y decidió usar su taller para crear uno propio en 1904. Construyó tres, uno para él, otro para su socio (el que puso las 50 libras de capital inicial) y el otro se lo vendió a Henry Edmunds, uno de sus directores. Éste era amigo de Charles Rolls, que quedó encantado cuando conoció el vehículo, y estuvo de acuerdo en conocer a su creador. El 4 de mayo de 1904 se produce el histórico encuentro entre ambos en el Midland Hotel de Manchester. Tras más conversaciones, el 23 de diciembre de ese mismo año, Rolls acuerda hacerse cargo para su concesionario de todos los coches que Royce pudiera fabricar. Y se comercializarían como Rolls-Royce, presentando el primero ese mes en el Salón del Automóvil de París: el Rolls-Royce 10 hp. Es en 1906 cuando crean la Rolls-Royce Limited, siendo Rolls el socio capitalista y Royce el ingeniero jefe y director de fábrica, con un sueldo de 1250 libras anuales más el 4% de los beneficios por encima de las 100.000 libras. Se había consumado la unión del hijo del Barón, con dinero familiar a espuertas y la educación más cara, con la del obrero sin apenas estudios que había conseguido casi todo con su propio esfuerzo. Y la coincidencia entre ambos la provocaba la pasión por los coches, por la ingeniería y el carácter competitivo de Rolls, que no se conformaba con vivir de las rentas y siempre aspiraba a más.

Como ya vimos, precisamente eso acabó por provocarle un temprano fallecimiento. Rolls fue el segundo británico de la historia autorizado para volar en ese país y ya en 1903 ganó un premio por el vuelo más largo hasta ese momento y en 1910, un mes antes de morir, fue pionero en hacer un doble cruce sin escalas cruzando en avión el Canal de la Mancha. Le faltó una década de vida para ver a su compañía fabricando motores para aviación. Lo curioso es que el que tenía problemas de salud -al menos desde 1902- era Royce, y en 1912 los médicos le daban apenas unos meses de vida. Sin embargo, se recuperó gracias a dejar el taller y retirarse al campo, desde donde recibía a sus ingenieros. En 1929 su nuevo motor “R” consiguió el récord mundial de velocidad aérea con 575 kilómetros por hora. Dos años después conseguía 655,8. Incluso le dio tiempo, antes de morir en 1933, de inaugurar (y cerrar 10 años después) su primera fábrica en Estados Unidos en 1921 y de comprar la firma de Walter Owen Bentley, aprovechando la crisis que padecía tras la Depresión de 1929. Por pocos días no llegó a ver el primer Bentley fabricado por Rolls-Royce.

En cuanto a la empresa Rolls-Royce, resumiendo mucho: siguió con su negocio de coches de lujo y motores de gran potencia hasta que se declaró insolvente en 1971, por un excesivo coste de la división aeronáutica, lo que llevó a que fuera nacionalizada por el estado británico dado su carácter “estratégico” (y empleaba a 80.000 personas), separando la división de motores para aviones y barcos del negocio automovilístico. En 1987 Margaret Thatcher empezó su privatización y tras varias carambolas, acabó quedándose BMW con la marca Rolls-Royce y Volkswagen con la marca Bentley.

Los mayores problemas de España

 

Este es un artículo tan largo que he preferido publicarlo en mi blog antes que en cualquier medio, si bien una versión resumida (sólo con temas económicos) se ha podido leer en Voz Populi en dos piezas con un título no elegido por mí.

Este no es un artículo pesimista, más bien al contrario, creo que identificar los problemas es el primer paso para poder solucionarlos. Y desgraciadamente tanto políticos populistas como muchos medios nos distraen con asuntos que no están entre los más graves que afectan a nuestro país, por lo que creo necesario hacer este recopilatorio. Empecemos (no es un ranquin en ningún caso, es una exposición):

La politización de las instituciones. - Es un tema que se está acelerando con el actual gobierno: se empezó colocando como fiscal general a una exministra y ya estamos en colocar a un ministro vigente como gobernador del Banco de España, institución que debería estar a salvo de las disputas entre partidos y que por tanto jamás debería tener a su cargo a alguien tan identificado con el actual gobierno. Incluso hemos visto a un ministro de Justicia defendiendo a la mujer del presidente, como si fuera su abogado defensor. Es intolerable. Empresas públicas, el tribunal constitucional, el CIS... hay ejemplos de sobra de algo que sabemos todos que está mal, y que los responsables de que esté pasando criticarían mucho si lo mismo lo hicieran los otros. No es un problema baladí que la independencia de tantos organismos esté en entredicho, no sólo por temas éticos, también de confianza en las instituciones y en nuestra credibilidad como país. Por otra parte, existe no sólo la circunstancia de colocar en puestos de responsabilidad a personas demasiado implicadas partidistamente, también se han dado casos de nombrar para cargos a personas completamente inadecuadas, como le pasó al exdirector general de Correos, puesto ahí por ser amigo del presidente y cuya gestión sólo se puede evaluar con un suspenso. Lo público debe estar gestionado por los mejores, porque nos estamos jugando lo de todos.

La (muy mejorable) educación. - Aunque se han mejorado algunos aspectos los últimos años, como la reforma de la Formación Profesional, nuestros últimos resultados en el informe PISA fueron desastrosos, y nuestro índice de abandono escolar es el más elevado en la UE. Personalmente, y como historiador que soy, tampoco entiendo que se enseñe tan mal nuestra propia historia y que compatriotas tan destacados como, por ejemplo, Manuel de Falla o Ramón y Cajal, sean desconocidos por los jóvenes, incluso con formación universitaria, por no ser pintores o escritores. Demasiadas subvenciones con el sello “cultural” y poca preocupación por la Cultura con mayúsculas.

La (lenta y mala) justicia. - De nuevo un tema que no sólo afecta por el daño directo, también el indirecto puesto que condiciona nuestra imagen como país a muchos niveles. Nuestra justicia es lenta y está politizada si bien lo peor son determinadas leyes aprobadas por el Parlamento, que van contra principios básicos de la Constitución española como el respeto a la propiedad privada (y aquí podemos incluir el problema de la okupación, que a su vez tanto daño está haciendo al mercado de la vivienda) o la desigualdad vista con la Ley de Amnistía (se perdonan delitos sólo a quien puede dar una recompensa política al gobierno, y no lo digo sólo yo, también el Supremo). El mal funcionamiento judicial, sea por falta de medios, sea por la mala cobertura legal, es también un problema económico ya que hace huir a la inversión. Por último, que un Tribunal Constitucional absolutamente politizado corrija tantas decisiones de jueces e incluso de la Audiencia Nacional es un disparate que exige una profunda reflexión sobre las máximas instancias judiciales y la necesidad de una profesionalidad lo más objetiva posible.

Las cuentas públicas. - Que llevemos 17 años sin superávit presupuestario y que, de hecho, el objetivo sea tener un déficit menor del 3%, es la prueba más evidente del descuadre permanente en el que viven nuestras cuentas públicas; con un gasto que supera año tras año a los ingresos, incluso cuando la recaudación fiscal se va a máximos, lo que se traduce en un mayor volumen de deuda que, a su vez, cada vez cuesta más refinanciar por el pago de intereses. Es un problema económico de los más grandes que tiene España y al que no se le dedica suficiente atención ya que su gravedad puede acelerarse en cualquier momento si llega una crisis cíclica (que puede proceder del contexto global, no tiene que ser necesariamente nacional) que haga bajar la actividad económica y los ingresos fiscales se desplomen mientras se dispara el gasto social, como suele ocurrir cada vez que hay una recesión. Con una situación tan mala de las arcas públicas, que deberían mejorar en los periodos de bonanza en lugar de seguir empeorando, ¿cómo aguantaremos nuestro estado del bienestar si viene una crisis? No hay que olvidar que la última, la de la pandemia, al haber sido universal, se ha podido combatir con apoyo internacional y endeudamiento conjunto europeo, pero la próxima quizás debamos combatirla solos.

Falta de transparencia.- Este problema tiene dos vertientes, por un lado el desconocimiento de datos que deberían ser públicos como la cualificación, desempeño y remuneración de los diferentes asesores que tiene cada ministro, incluyendo los del presidente de gobierno (y este es sólo un ejemplo, hay muchas más cifras que se nos ocultan de gastos y cargos públicos), y por otro, y más estrictamente económico, el problema con determinados datos como el del paro, en el que se han tardado años en informar de los fijos discontinuos e incluso tras eso, sigue habiendo muchas dudas sobre por qué cuenta como no parado alguien que no trabaja. Es más un asunto de falta de información, que es lo que genera los recelos, que una creencia en que haya mala fe. Pero desde luego alimenta a quien le cuesta confiar en lo que se publica desde fuentes oficiales.

Problemas medioambientales. - Contra la contaminación y el llamado cambio climático poco podemos hacer desde España, y creo que los ciudadanos ya están poniendo su grano de arena reciclando y pagando más impuestos con la excusa de ello, pero desde luego desde el gobierno sí se puede hacer algo contra un asunto atávico: la sequía. Desde el Plan Hidrológico Nacional de Aznar nadie ha tomado ninguna medida de relevancia contra este problema crónico. Cíclicamente hay escasez de agua y entonces se toman medidas donde siempre es el español de a pie el que hace sacrificios (desde no poder usar la ducha de las playas a pagar más por lo mismo, pasando por quien tiene cortes de agua periódicos), ¿cómo es que nadie toma medidas antes, cuando todos sabemos que la sequía volverá?

Irrelevancia exterior. - Más allá de que somos miembros de la UE, nuestra política exterior nos ha convertido en irrelevantes a escala global. Es evidente que algo estamos haciendo mal cuando, además, recibimos piropos de organismos tan lamentables como Hamás o gobiernos tan discutibles como el de Maduro en Venezuela. Nuestra debilidad tampoco ayuda a expulsar a sus países a los ilegales que entran en España.

Sensación de indefensión del ciudadano. - Es un problema grave tanto por los ejemplos concretos como por la sensación, que cada día es más amplia, de que el estado no nos defiende cuando nuestros derechos están siendo asaltados. Es el caso de la okupación, en la que la Administración no sólo no protege la propiedad privada, además en muchos casos se pone del lado del infractor. Ningún particular debe sufrir en su casa las vulnerabilidades (caso de que las haya) de otros, eso es responsabilidad del estado. No tiene sentido que la policía detenga a quien se adueñe de mi coche pero no a quien se meta, o deje de pagar las cuotas, de mi casa. Este asunto además desincentiva el alquiler. Siendo una vergüenza que ningún gobierno solucione esto, y que incluso parte del actual simpatice con los okupas, no es el único ejemplo. Que alguien que cometa decenas de faltas tenga inmunidad para seguir delinquiendo porque nadie ha legislado para que la reiteración de faltas se convierta en delito, es de una dejadez hacia las víctimas inclasificable. Y, por qué no, también provoca indefensión que se viole la -garantizada por la Constitución- igualdad de sexos dando más credibilidad en una declaración a una mujer que a un hombre, por poner sólo un ejemplo de eso que llaman “discriminación positiva” pero que es discriminación a secas.

Relativismo moral. - Cuando a alguien le parece bien que un juez investigue a la pareja de Ayuso pero mal que lo haga con la de Sánchez (o con su hermano), y lo mismo lo contrario, estamos asistiendo a un acto de relativismo moral: lo bueno y lo malo sólo depende de nuestras simpatías. Y es algo que se está instaurando a tantos niveles que cada vez más parte de la población entra en ese juego y ante hechos similares, su juicio cambia dependiendo de afinidades. Alguno dirá que por qué este tema filosófico es un gran problema, y lo es por dos motivos: uno es que somos una democracia, y por tanto el voto del indecente vale lo mismo que el del decente, y si como sociedad aceptamos ciertas cosas, entonces una mayoría votará sin juzgar comportamientos faltos de ética (por ejemplo la mentira) y por tanto tendremos el gobierno que nos merecemos. El segundo es que esto ha llegado a las leyes por culpa de un Parlamento que ha entrado en este relativismo, por ejemplo decidiendo que la malversación (que está mal, y todos deberíamos estar de acuerdo en ello) no es un delito si el que malversa no se beneficia directamente de ello, como si yo quedara exculpado por robar en una tienda si regalo todo lo robado.

Desempleo. - A pesar del absurdo actual clima de euforia respecto al empleo, lo cierto es que somos líderes en desempleo (y en infra empleo) en nuestra área económica, y con mucha diferencia. La tasa de actividad (58,9%) está por debajo del nivel de 2008 (60,7%) y prácticamente no ha variado desde 2019 (58,7%), la tasa de empleo (52,3%) también está por debajo de 2008 (53,8%) aunque sea mayor que antes de la pandemia (50,5%). Por otra parte el paro efectivo sigue rondando los 3,3 millones, como en 2019 y con menos horas trabajadas por ocupado que hace 5 años según la EPA (410,4 contra 438,2 entonces). Es más, contra una cifra oficial de parados de 2.561.067 personas hay otra de 4.255.216 “demandantes de empleo”, cifra que no se ha movido en dos años a pesar del aumento de las afiliaciones. Y es que, como ya comentamos, la afiliación -que sí está en récord-, se maquilla con récord de pluriempleo. A esto se suma que los salarios reales han caído, según la OCDE, los últimos 5 años y que España supera a la media de la UE, la eurozona y hasta a Grecia, en el índice de miseria.

Vivienda cara y escasa. - Uno de los mayores problemas que hay, con muchas vertientes. Por un lado la económica: un alquiler caro reduce la capacidad de consumo y una compra cara aumenta el endeudamiento; además, si se reduce el número de operaciones inmobiliarias, los (excesivos) impuestos que cobran las administraciones se reducen. Por otro está la social que además tiene otra consecuencia al ayudar al envejecimiento poblacional. Y es que la escasez de vivienda a precios asequibles, tanto para alquiler como para propiedad, retrasa la independencia de los jóvenes y la formación de familias con hijos.

La solución no es fácil pero los últimos gobiernos han tomado medidas contraproducentes y además el Parlamento no ha legislado del modo adecuado para proteger a los propietarios y a los caseros del problema de la okupación y la inquiokupación que, más allá de lo humillante que resulta en un estado de derecho, reduce la oferta de habitabilidad. La connivencia legislativa con los que no pagan sus deudas perjudica también el alquiler social de los ayuntamientos, algo común en otros lugares de Europa; y es que en muchos municipios no desalojan ni obligan a pagar a los numerosos inquilinos morosos de viviendas públicas. Mientras esto no cambie lo de construir para alquilar con dinero público, acabará siendo una utopía porque quien sabe que puede no pagar, no pagará, por muy barato que sea el alquiler. Esto provoca que seamos todos los que sí pagamos nuestras deudas, los que acabemos financiando a los que no. Así pues la Administración lo que debe hacer es favorecer la construcción y legislar para que los morosos paguen, aumentando con ello el número de caseros, incluidos ayuntamientos. Ideas como la de favorecer convertir locales comerciales u oficinas en viviendas de un modo más ágil y barato parecen mejores que limitar los precios, algo que nunca jamás en la Historia ha funcionado y ya hemos visto su fracaso en Barcelona, por ejemplo.

Ataques a las libertades. - Aunque ahora es un tema de actualidad porque el gobierno que prometió quitar la llamada “Ley Mordaza” ahora quiere ponerla en las redes sociales, lo cierto es que es un proceso que lleva ya mucho tiempo. No me quiero explayar porque es un tema demasiado obvio, pero no quería dejar de citarlo.

Política territorial injusta. - Muy grave que tantos votantes vean con buenos ojos que se genere más desigualdad entre territorios a cambio de que gobiernen los suyos. No se deberían comprar los apoyos parlamentarios de esta manera. De nuevo un problema con dos vertientes: la irresponsabilidad del gobierno de turno (y de los miembros del partido que lo aceptan) y la de PP y PSOE por no ser capaces de evitar el continuo chantaje de los partidos nacionalistas (hoy en su mayoría independentistas) al no pactar entre sí ni cambiar la ley electoral.

El cupo vasco, amparado por la Constitución, fue un error de la Transición motivado seguramente por la creencia de que ayudaría a acabar con el terrorismo etarra (craso error), y ampliarlo a otra comunidad autónoma rica como Cataluña, sólo empeorará la situación de las regiones más pobres y/o de las que tendrán que aportar más, si es que no queremos aumentar, de nuevo, los impuestos y la deuda, de todos los españoles. Lo más absurdo es que una medida claramente antisocial, la ejecuten partidos que presumen de ser de izquierdas.

Menospreciar el turismo.– Esto tiene dos vertientes, por un lado la actitud de parte de la sociedad, que cree que ellos son los únicos que tienen derecho a visitar cualquier lugar en el mundo, y les gusta, mientras critican a los “turistas” que llegan a sus ciudades; por otro, la de las autoridades, que sacan pecho de los datos de crecimiento del PIB, en gran parte conseguidos debidos a nuestros récords de facturación en actividades directa e indirectamente relacionadas con el turismo, a la vez que critican la actividad en sí. Es una hipocresía. El turismo de masas es un gran avance social propiciado en gran parte por la liberalización del tráfico aéreo, y últimamente en España de algunas vías de alta velocidad, así como de plataformas de alquiler barato como Airbnb, que permiten que personas de clase media puedan disfrutar de unos viajes que hasta hace unas décadas estaban reservados sólo para las personas más ricas. Y encima por todo el mundo. Eso, que beneficia a los españoles, también lo hace para los de fuera, que tienen derecho a vacacionar en España a unos precios que se pueden permitir y que dejan un fuerte beneficio económico aquí. ¿Sería mejor si sólo vinieran multimillonarios? Por supuesto, y que llovieran billetes de 100 euros del cielo.

Hablando en serio, claro que es un problema que en España no tengamos otras actividades de mayor valor añadido, como la tecnología, que permitirían pagar mejores sueldos y salarios fijos, pero mientras eso ocurra (algo difícil en gran parte culpa del escaso incentivo a la inversión por culpa de las trabas burocráticas y los impuestos) no podemos permitirnos prescindir del turismo. Hay que protegerlo (y por supuesto mejorarlo), tanto el que viene de Madrid (nada hay más absurdo que criticar a los que proceden de la ciudad que acoge más españoles de todas partes) como el que viene en aerolíneas de bajo coste repletos de sedientos ingleses. Porque volvemos a la hipocresía: nos molesta que beban aquí pero no el aumento de ingresos por los impuestos del alcohol o por el aumento de actividad económica de los bares. Tampoco los empleos que genera.

Excesiva deuda pública. - El continuo aumento del volumen de la deuda pública viene propiciado por el desajuste continuado entre ingresos y gastos en los Presupuestos Generales del Estado. Y eso sucede a pesar de que la recaudación fiscal está en máximos históricos. Aunque es positivo que el crecimiento de la deuda sea menor al del PIB (y por eso llevamos varios trimestres que la ratio deuda/PIB baja), lo cierto es que son muy malas noticias. A corto plazo porque a más volumen de deuda, mayor pago de intereses, a medio y largo plazo porque al ser un problema global, a la primera crisis financiera (ya lo vimos en 2012) que haya, los costes se dispararán ante la enorme competencia para colocar deuda que existe entre todos los países y empresas del mundo. Por otra parte, llevamos años creciendo porque venimos de un fuerte desplome en 2020 y nos está ayudando un turismo que difícilmente puede crecer más y unos fondos europeos que están cercanos a acabarse. Lo normal es que la deuda vuelva a crecer más que el PIB dada la vocación de gran gasto público de nuestros gestores políticos por lo que la ratio deuda/PIB dejará de bajar; y dado que en este siglo ya llevamos tres crisis económicas globales (2001, 2008 y 2020, aunque la primera no existió en España gracias a los efectos de la entrada en el Euro) estaremos muy mal preparados para la siguiente. No olvidemos que a la de 2008 llegamos con un 40% de ratio deuda/PIB y ahora superamos el 100%.

Degeneración política. - No me quiero explayar mucho, todos sabemos cómo está la situación en España (y en otras partes del mundo), el crecimiento de la radicalidad y el ansia de poder de algunos que amenaza la necesaria separación de poderes, son hechos muy graves. Más lo es que en una democracia, donde el voto de la mayoría es lo que debe valer, el votante no castigue estos hechos. Es un problema enorme el precedente que se está creando en esta legislatura porque si la mentira, el ataque a la justicia, la politización de las instituciones, los cambios legales a cambio de un apoyo parlamentario etc. salen gratis, se puede convertir en la norma habitual para el futuro, dado que nadie que haya apoyado lo que ha hecho Sánchez con el CIS o el Tribunal Constitucional, por poner dos ejemplos muy obvios, podrá criticar que lo haga el siguiente.

Limitaciones de la sanidad pública. - El envejecimiento poblacional no sólo dispara el coste de las pensiones, también aumenta enormemente el gasto sanitario. Es evidente la falta de recursos de las comunidades autónomas para poder abordar esto, más cuando la atención es universal, algo que es minoritario en el planeta. Siendo la sanidad uno de los pilares básicos de nuestro estado del bienestar, hay que cuidarla y para ello hay que aumentar las inversiones. Dado que somos un país que gasta más de lo que ingresa y que tiene tanta deuda, cada vez que se plantea un aumento del gasto, aunque sea tan necesario como este, hay que racionalizarlo e intentar ayudar con un aumento de ingresos y otras vías. El pago de una cuota para atender en Urgencias y así desatascarlas, puede ser una opción, fomentar el uso de la sanidad privada otro, bajar la nota de corte para la entrada en la carrera de medicina por parte de las universidades ayudaría a que hubiera más profesionales etc. En cualquier caso, parece necesario recortar gastos de otras áreas menos importantes para los españoles (reducción del gasto político por ejemplo, eliminando el senado, reduciendo el número de diputados, prescindiendo de traductores innecesarios…) para mantener una sanidad, que tampoco debe servir para atender a todas las personas del globo de forma gratuita.

Pensiones insostenibles.- Este es de los mayores problemas económicos que padece España y que con más irresponsabilidad está siendo abordada por nuestros gobernantes (y por el principal partido de la oposición, que dudo mucho vaya a cambiar algo jugándose tantos votos como se juega) ya que es evidente el problema y no sólo no se hace nada para resolverlo, además se empeora al empeñarse en elevar el coste de las pensiones públicas por efecto del IPC (algo que no se le garantiza ni siquiera a los empleados activos de la Administración), que sumar al propio de una sociedad envejecida con cada vez más población pasiva y menos activa.

Con menos cotizantes por cada pensionista, asegurar que el segundo cada vez gane más a costa de que se aminore el sueldo del trabajador actual (no sólo por el factor de solidaridad que empieza en enero, también porque es más gasto que se cubre con más impuestos y más deuda) no tiene sentido. Al final lo que todo el mundo debe entender es que las cuentas deben estar equilibradas y dado que la recaudación (ingreso) está en máximos por la presión fiscal y por el crecimiento económico, queda recortar gastos. Y el de las pensiones es el mayor. Claro que es injusto que alguien cotice toda su vida y luego pierda poder adquisitivo pero el sistema es así, y desde luego es también injusto que el trabajador en activo también lo pierda (porque nadie le garantiza que su salario suba lo mismo o más que el IPC y además paga más impuestos, tanto en su nómina como en su vida cotidiana). Al fin y al cabo, una persona mayor con décadas de ingresos detrás suele tener un patrimonio que no tiene un trabajador de, por ejemplo, 30 años, por lo que es injusto socialmente beneficiar al pensionista en detrimento de la población activa. Del mismo modo los descuentos por edad en transporte, por ejemplo, también lo son, ya que todas las ayudas deben ser por renta, dado que cada vez hay más jubilados que tienen más ingresos que trabajadores en activo.

Demasiadas micro pymes. - La estructura empresarial de España tiene un defecto y es el pequeño tamaño de la inmensa mayoría de las empresas. Esto implica muchos inconvenientes, tanto para realizar inversiones (dificultades para captar financiación por ejemplo), innovar (es muy complicado con una estructura mínima aplicar novedades como por ejemplo la IA), exportar, crear numerosos empleos fijos y bien pagados, acceder (e incluso estar informados) a subvenciones, rebajas fiscales, ayudas de la UE… Las causas de esto no se pueden cambiar a corto plazo pero lo que no se debe hacer es entorpecer a la que quiere crecer, y hay que reducir el alto coste burocrático que supone pasar de 49 a 50 empleados, así como aplicar medidas que ayuden, como elevar el umbral de facturación para los pagos fraccionados del impuesto de sociedades y la liquidación de IVA o el necesario para constituir un comité de empresa de 50 a 100 empleados o ampliar las deducciones por reinversión de beneficios… medidas todas que ayudarían a dar un salto de tamaño.

Problemas de Transporte. – La saturación a la que ha llegado la red ferroviaria, especialmente la de cercanías, por culpa de la falta de inversiones y la gratuidad (sin discriminación por renta) que ha elevado el número de usuarios, ha estropeado un servicio que, en general, llevaba años funcionando bien en la mayoría de sitios. Todo el dinero se ha gastado en una alta velocidad que ha beneficiado a otras compañías diferentes a Renfe gracias a la liberalización, quedándose la empresa pública el difícil cometido de la media distancia y las cercanías. Y encima lo ha gestionado muy mal. Con todo, los políticos se empeñan en priorizar este transporte contra los vuelos, mucho más baratos para el usuario. Más allá del problema en cuanto a los viajeros, también hay uno atávico: el desaprovechamiento de la red para las mercancías. Tanto que se habla de ecología y siguen siendo los camiones el medio principal, con mucha diferencia, para transporte de suministros, infravalorando el tren nadie sabe muy bien el por qué.

Reforma de la Administración. - No es un tema estrictamente económico pero afecta muchísimo a la economía. Con el avance de la informática es absurdo que tengamos más empleados públicos que nunca y la atención al público haya empeorado. Eliminación de burocracia y de duplicidades, reducción de normas absurdas, mayor control contra el absentismo laboral… llevamos décadas con gobiernos que actúan contra medidas de lo más razonables que mejorarían el caos que supone enfrentarse a la Administración para cualquier gestión. ¿Por qué Justicia y Sanidad no puede funcionar tan bien como lo hace Hacienda? Son servicios públicos básicos, aunque no se obtenga de ellos una rentabilidad económica directa como en el caso del fisco. 

Inmigración ilegal. - Lo primero que hay que dejar claro es que somos un país envejecido, y eso no va a cambiar en al menos un cuarto de siglo aunque nos pongamos todos a hacer hijos hoy, con lo que es una realidad que tenemos que asumir. Necesitamos emigración joven, necesitamos trabajadores. Puede parecer un sinsentido con el problema del paro que tenemos pero es así, en España los emigrantes no quitan el trabajo a casi nadie porque a la inmensa mayoría de sus empleos (e incluyo muchos negocios cara al público, no sólo el cuidado de ancianos) no optan nacionales. Tampoco hay que confundir a quien por su raza o religión parezca extranjero cuando no lo es, como hemos visto en la selección española. Quien es español, es español y no emigrante.

Dicho esto, no podemos tener un estado del bienestar como el que tenemos sin tener bien blindadas nuestras fronteras porque un exceso de ilegales dispara el gasto público. Eso como problema económico, luego está el mucho más polémico choque cultural (que también se produce con la emigración legal) y que daría para reflexiones que se escapan a este formato. Lo que sí está claro es que no se puede luchar contra el que viola nuestras fronteras dejándole pasar y colocándole en diferentes puntos del país. Es un absurdo creer que eso soluciona algo, ya que alguien sin papeles está condenado, para poder vivir, a actividades como mínimo alegales y, en muchas ocasiones y por desgracia, directamente ilegales. ¿Qué otra opción le queda si la propia Administración le permite vivir en España pero no poder tener un trabajo? Por otra parte, el Parlamento por un lado favoreciendo leyes contra la reincidencia y el ministerio de Exteriores con convenios por otro, deberían acelerar la expulsión a sus países de origen de todos aquellos que delincan una y otra vez. Pero vamos, que el problema original viene de dejarlos pasar.

Demasiadas subvenciones. - Esto engloba muchas actividades en las que el dinero público se reparte con demasiada ligereza, especialmente cuando, como hemos visto anteriormente, tenemos demasiadas deudas. Habría para muchos artículos ir desglosando las principales, pero no puede faltar en esta lista un toque de atención a los que creen que el dinero público puede repartirse alegremente.

Unas breves conclusiones:

España no tiene un problema de racismo, ni de homofobia ni de machismo, cualquier estudio nos deja muy bien en esos aspectos en comparaciones con otros países. Nuestros problemas son otros aunque el gobierno tienda a confundir prioridades. Pero no es el único, hay mucha confusión entre lo que de verdad importa. También lo hay a la hora de identificar lo que debe resolverse antes; por ejemplo, el problema de los MENAS no existiría si se resolvería el de la inmigración ilegal, ni el del agujero de dinero público que es RTVE si no existiera el actual despilfarro en lo público, aplaudido por tantos gestores. Tampoco me parece que exista un “conflicto catalán” tan grande como para estar en esta lista, ya que creo que es algo hinchado debido a la manipulación política.

También debemos darnos cuenta que hay problemas irresolubles a corto e incluso diría a medio plazo, como por ejemplo el del envejecimiento poblacional. Vivimos más años y hemos decidido tener menos hijos, esto es así y por más que muchos defiendan que esta última cuestión es económica, claramente no lo es. La mayor natalidad sucede precisamente en los países más pobres, algo que no pasa en los más ricos, ni siquiera donde hay mayor conciliación familiar y ayudas a las familias, ya que los motivos suelen ser otros. Al final el planeta no tiene un problema de exceso de población, sino de reparto de jóvenes, y por eso la emigración va a ser una constante ineludible por más choques culturales que traiga aparejada. Y eso tampoco parece que pueda cambiar, al menos desde España, ya que determinadas “culturas” son las que son, y nadie creo que tenga previsto cambiar eso en aquellos países.

Otros problemas que hoy son muy graves, como el agujero de la Seguridad Social por culpa del alto coste de las pensiones, prácticamente desaparecerá solo. Para 2060, que casi todos los del baby boom ya habrán fallecido, es posible que se encuentre el equilibrio entre cotizaciones y gastos. Pero claro, en más de tres décadas seguro que también surgirán nuevas preocupaciones.

Personalmente creo que el primer paso para resolver gran parte de todos estos asuntos es cambiar radicalmente la política de este país, y para eso es necesario un rearme moral y educativo de la sociedad. A pesar de lo mucho que nos gusta autocastigarnos, lo cierto es que España avanza a pesar de sus políticos pero no podemos seguir exculpándoles de sus mentiras e ineficacias por afinidad ideológica o porque nos parecen los mejores candidatos para que no ganen los otros. O hacemos más responsables de su gestión a los que ostentan el poder ejecutivo, y frenamos su asalto a los otros poderes en los que se divide el estado, o nuestra decadencia está asegurada.

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