El fantasma de la crisis inevitable

En esta imagen se puede apreciar cuánto se ha contraído el crecimiento del PIB en los EUA en las recesiones del último siglo
Y podemos sacar varias conclusiones: una muy evidente es que la gravedad de las crisis se ha suavizado mucho desde la II Guerra Mundial, otra es que se ve muy claro que la última fue especialmente dura en comparación a las anteriores pero históricamente está lejos de las peores… pero lo que a mí más me ha llamado la atención es la que se refiere al tiempo entre recesiones: lo normal es que haya al menos dos contracciones del PIB en cada década por lo que nos acercamos al mayor periodo de expansión económica en los EUA. Si la economía norteamericana sigue creciendo en 2020 batirá el récord. Además, lleva 8 trimestres consecutivos creciendo más del 2%, algo que no pasaba desde 2005, en plena burbuja inmobiliaria.
La pregunta es si tanto retraso en que aparezca una nueva crisis, que por desgracia todos vemos como inevitable, hará que ésta –cuando llegue- sea especialmente grave. Afortunadamente nada hay en la estadística que nos indique eso. Lo que sí hay es una razonable preocupación acerca de cómo combatir una recesión cuando a pesar del largo periodo de expansión, se siguen aplicando medidas típicas de seguir en crisis como los tipos de interés muy bajos, la inyección de liquidez de los bancos centrales o unos niveles de deuda muy altos y crecientes a pesar de la mayor actividad económica que, teóricamente, debería provocar un menor gasto en necesidades sociales y un incremento de las recaudaciones fiscales.
Si eso lo trasladamos a la Eurozona donde las medidas anti-crisis están mucho más vigentes (tipos en negativo, compras de deuda de BCE, inyecciones de liquidez crecientes a la banca etc.) a pesar de que la mayoría de países llevan creciendo desde 2013 e incluso algunos desde años antes, la inquietud es mucho mayor. Si lo hacemos a España donde llevamos casi 6 años creciendo pero seguimos lejos de una tasa de paro de un solo dígito y con la Seguridad Social en quiebra técnica, entonces llega la preocupación. En nuestro país desde 1995 hemos asistido a seis ciclos económicos con sus aceleraciones y desaceleraciones. De ellos, sólo dos acabaron en recesión como se puede ver aquí:
Pero esquivar la recesión no significa que la desaceleración no sea mala. Y si encima nos pilla con máximos de deuda pública y una expectativa razonable de que estamos en el mínimo del tipo de interés, que ya hemos visto el mínimo del precio del petróleo y que hemos visto el máximo en el número de turistas extranjeros… y encima con el español medio, pillado en su nivel mínimo histórico de ahorro
resulta que lo mismo estamos demasiados preocupados por la crisis venidera cuando deberíamos centrarnos (y en el plural incluyo sobre todo al gobierno) en cómo sobrevivir a la presente desaceleración. No hace falta que el PIB sea negativo para que tengamos problemas.

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