(esta historia no está incluida en mi último libro La prehistoria, y algo de la historia, de 66 empresas: Nacionales y extranjeras, todas famosas, que te animo a adquirir)
Juan Servitje nació en la localidad catalana de Ódena
en 1887 y en 1904 emigró a México donde se casó con otra española, Josefina
Sendra, en 1916 (ella sólo llevaba dos años viviendo en México). En Ciudad de
México fundó, en 1928, la pastelería “El molino de Argentina”. En ella
trabajaron sus hijos desde muy jóvenes, llamándose el primogénito -nacido en
1918- Lorenzo, que compaginó su labor en la tienda con estudios de contaduría
pública. Su padre muere con apenas 49 años, por lo que se hace cargo del
negocio familiar junto a su madre y cuatro hermanos. Vendían pan fresco, bollos
y pasteles, pero el pan de molde solía importarse de Estados Unidos. Interesado
en ese negocio, se le ocurrió montar una panificadora, aunque no disponía de
suficientes recursos por lo que recurre a la familia. Precisamente su tío Jaime
Sendra, encargado de producción de la pastelería, tenía un suegro con
suficiente capital (Daniel Montull, otro español de Salsadella, Valencia) que
ayudó a un proyecto donde estaría implicado parte de su familia.
De este modo en noviembre de 1945 los fundadores de la
empresa, que llegó a ser una de las multinacionales más importantes de México,
fueron Lorenzo Servitje, su hermano Roberto Servitje, su tío materno Jaime
Sendra, José T. Mata (amigo de la infancia de Lorenzo), Alfonso Velasco
(su padre había sido el fundador de Pan Ideal, la primera panificadora mexicana
fabricante de pan de molde) y su primo Jaime Jorba (trabajador de la
pastelería, nacido en Tarrasa), de estos dos últimos hablaremos después. La
idea de los cinco fundadores era ofrecer un producto fresco que se pudiera ver,
por lo que el envoltorio debía ser transparente. El nombre de la
empresa surge de la combinación del popular juego Bingo y de Bambi, el famoso
cervatillo de Disney, y la imagen del osito le llegó a Jaime Jorba en una
tarjeta de Navidad, Anita Mata, esposa de Jaime Sendra, le puso el gorro, el
delantal y el pan bajo el brazo mientras que Velasco le arregló la nariz… y ya
tuvieron logotipo para la marca.
La empresa fue un éxito inmediato y pronto empezó su
expansión. Sin embargo, el carácter estricto de Lorenzo llevó a que Alfonso
Velasco y Jaime Jorba dejaran la empresa. Alfonso era mayor que Lorenzo (nació
en 1904) y pronto se rebeló creando una panificadora rival llamada Nopal, que
con los años acabaría siendo adquirida por el Grupo Bimbo. Jaime Jorba, nacido
en 1918 y que emigró a México en 1936 huyendo del servicio militar (y sin
saberlo, de la guerra civil), aunque dentro de Bimbo tenía los mismos conflictos
con Lorenzo que Alfonso, era de la familia, incluso acabó casándose con su
hermana (y prima suya) y aguantó en gerencia de ventas en México hasta 1961,
año en el que vuelve a España y, con dos socios, crea una panificadora con el
nombre Bimbo.
Este Bimbo español inicia su actividad, con la ayuda
de dos socios, en 1965 con el primer pan de molde español, producido en su
fábrica de Granollers. Fue un éxito rotundo, aunque para aumentar su producción
en 1971 se asocia con la estadounidense Campbell Taggart Inc. Lo curioso es que
Jorba en 1978 vende sus acciones y deja la compañía y de este modo existía un
Bimbo mejicano, multinacional potente, y un Bimbo español que ya nada tenía que
ver con la empresa original aunque usara el mismo nombre. Evidentemente, esto
acabó en batalla legal, máxime cuando Grupo Bimbo empezó a vender en España
productos de bollería (aunque específicamente no podían comercializar pan).
Este asunto se prolongó durante décadas, teniendo que ser el Tribunal Europeo
en 2012 quien dictara sentencia a favor de Bimbo España, prohibiendo al grupo
Bimbo que usara su nombre en España. No obstante, los burócratas llegaron tarde
ya el año anterior la mejicana había comprado a la española, consiguiendo que
la marca Bimbo fuera exclusiva suya para todo el planeta. Y entonces se lanzó a
por su mayor competidor español: Panrico
Andreu Costafreda nace en Alfarrás (Lleida) en 1909 y
queda huérfano con 5 años por lo que trabaja desde muy joven, estableciéndose
en Barcelona en 1928 donde abre una panadería. En 1952 funda Costafreda y
Sugarline, produciendo y comercializando harinas panificadoras y en 1961 se
asocia con la familia Rivera para crear una nueva empresa para elaborar colines
de pan (también conocidos como grisines), un producto con un gran margen de
beneficio. Dado que es una panificadora y que estaban implicado Rivera y Costafreda,
el nombre que surge es Pan-Ri-Co, que además de ser unas iniciales, suena muy
adecuado. Su mayor acierto es, tras un viaje a Estados Unidos donde los conoce,
adquirir en 1962 la exclusiva de la marca registrada Donuts para España. A
partir de ahí su éxito fue arrollador y varias generaciones aún se acuerdan del
“¡anda, la cartera!” del anuncio. Otro acierto fue el lanzamiento en 1970 del Bollycao.
Hasta 1985 no se internacionaliza con una fábrica en Sintra (Portugal),
llegando a abrir una planta en Pekín (China) en 1997. En 1973 la británica J
Lyons & Co. adquiere el 50% pero tras la muerte de Andreu Costafreda en
1998, la familia recompra las acciones vendidas y crea el Grupo Panrico que
llega a vender incluso productos congelados.
En 2005, la firma de capital riesgo Apax Partners
compró todas las acciones de Panrico y vendieron sus fábricas de Grecia y China
para concentrar el negocio en España y Portugal. Con los fondos compran en 2008
a Kraft Foods su negocio de galletas Artiach (y las famosas marcas Chiquilín, Filipinos,
Artinata…) que en 2012 venderían a Nutrexpa, y en 2010 adquieren la Bella Easo,
marca líder en magdalenas y pan de leche. Esta expansión y el error comercial
de 2009 de envasar los donuts en plástico para su venta en bares, junto a la
crisis económica, dispara la deuda de la empresa y empiezan las dificultades
financieras. En 2011 otro fondo, Oaktree, se hace con la compañía y
reestructura la deuda despidiendo personal en 2013 y declarando ese año el
preconcurso de acreedores, que se levantó al año siguiente. No obstante, Bimbo
no desaprovechó la ocasión de quedarse con los donuts y en 2015 adquiere la
totalidad del negocio de Panrico, que queda sólo como marca de pan de molde que
Bimbo vende a Adam Foods, puesto que no le interesa duplicar su oferta. Y de
este modo el Donut, creación supuestamente estadounidense (en realidad el bollo
de pasta frita nació en Holanda en el siglo XVII pero emigrantes lo llevaron
allí, que fue donde le hicieron el agujero porque en el centro quedaba algo
crudo), es en España algo mexicano… de origen catalán.
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