Los que especulamos –en el sentido más intelectual del término- sobre los movimientos de los mercados financieros siempre caemos en la tentación de relacionarlos con la economía real ya que por experiencia sabemos que antes o después dicha relación existe pero esa misma experiencia nos dice que no se debe operar utilizando sólo el análisis fundamental y mucho menos en mercados tan volátiles donde el miedo es un ingrediente principal. Esto se ha visto agudizado por la interconexión de todos los mercados y economías mundiales, por ejemplo un mal cierre en la bolsa china afecta al precio de las acciones de una cervecera mejicana aunque no haya ninguna relación aparente.
Los “analistas”, a pesar de que siguen teniendo millones de seguidores, se equivocan constantemente con las recomendaciones de compra y venta y sobre todo con los precios objetivos de las compañías y acaban siempre yendo a remolque de los mercados, modificando sus análisis a posteriori. Esto no es ningún secreto, y no es exclusivo de bolsas, divisas o materias primas, les pasa igual a los gobiernos, al FMI y hasta a la FED cuando hablan de crecimiento, tasas de paro o déficit, lo normal es que se equivoquen en todas sus previsiones y la excepcionalidad es que acierten.
Los que viven de profetizar a mi juicio en general olvidan –entre otras cosas- la psicología, el factor humano que al fin y al cabo es el responsable final de la evolución de todo. Y todos los días vemos ejemplos de esto, por ejemplo en la peor crisis en 3 cuartos de siglo (la de 2008), artículos caros y prescindibles como el café Nespresso o el iPad tuvieron un éxito mayúsculo, algo que puede parecer irracional.
Y es que yo para especular -en el sentido más monetario del término- confío en el análisis técnico, las pautas estacionales y mi propio feeling, y no en razonamientos lógicos –aunque me convenzan- porque no hay ningún argumento que tenga más dinero que el propio mercado que es el que decide lo que vale cada cosa en cada momento y respetar eso es básico. Comprar más barato de cómo se vende y vender más caro de cómo se recompra no suele ser sinónimo de tener razón con la visión que uno tiene de los mercados ni de la economía.
No se busca tener razón, se analiza el pasado a largo plazo y se toman decisiones a partir de ahí, parece que son decisiones locas, pero no, son decisiones hechas a partir de un análisis de largo plazo, el plazo de los análisis en los mercados es muy importante, cuanto mas largo plazo mas posibilidad de acierto, y de análisis hablo de todo tipo de análisis desde el técnico pasando por el psicológico y ver que se opinaba sobre tal cosa o tal otra en un momento determinado del pasado y ajustar el apalancamiento a posibles movimientos en contra en base al pasado de largo plazo, (cosa que falle a principios de este año). Pero he aprendido la lección. Hay una cosa clara, si una cosa ha sucedido de una forma en el pasado lo mas probable es que vuelva a suceder(El retorno a la media dicen). El "esta vez es diferente" falla demasiadas veces.
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