Dentro de los numerosos movimientos poco racionales de los precios de los activos en los mercados globales, el que quizás más me está llamando la atención es la tendencia bajista de numerosas materias primas, especialmente de las alimentarias. Desafía a la lógica (cada vez somos más y consumimos más), a la histórica correlación con el precio del petróleo (que a pesar de haber rebotado casi un 200% desde sus mínimos del primer trimestre de 2016 no se ha visto acompañado por otras “commodities”) y destroza, una vez más, la filosofía malthusiana (que a pesar de haberse equivocado los últimos 200 años sigue teniendo sus seguidores) que profetizaba un mundo sin recursos por el exceso de población.
Nada mejor que unas imágenes para ejemplificar esto. Aquí vemos el gráfico del crudo (el de Texas, recordemos que el Brent europeo está bastante más alto)
Y, desde que acompañaron al rebote del petróleo en 2016, varias materias primas de primera necesidad ya no han seguido un camino paralelo. Por ejemplo la soja que está en mínimos de una década:
O el azúcar que cotiza en mínimos históricos desde que se tienen registros:
O el maíz:
O el café, en mínimos de 12 años:
Por buscarle motivos podemos hablar de la caídas de las divisas emergentes, coincidentes con algunos países productores, ya que hacen que un precio denominado en dólares ofrezca más cantidad de producto para el importador, Podemos citar también los avances tecnológicos pero no se puede decir que hayan sido tan relevantes en los últimos años, hay quien puede citar a la especulación pero si lo que le ha sobrado a los grandes inversores/especuladores los últimos años ha sido la liquidez, ¿por qué no empujar los precios al alza como ha pasado con otros activos?
Sinceramente, no tengo la respuesta. No sé si estamos ante una oportunidad de oro para invertir a largo plazo en algún fondo o empresas relacionadas con estas materias primas porque lo lógico es que el aumento de la población y sus niveles históricamente tan bajos las empujen a un rebote continuado de grandes dimensiones o si estamos en un cambio de paradigma total que no acabo de entender. Lo que está claro es que estos precios tan bajos de los productos básicos pueden tener muchas consecuencias económicas, algunas positivas (¿acabar definitivamente con el hambre en el mundo?), otras negativas (¿aumentará la desigualdad entre países productores, generalmente del tercer Mundo, y consumidores, generalmente del Primero? Y otras que pueden gustar a unos y perjudicar a otros y es que si la inflación de los productos de primera necesidad está contenida es posible que los tipos de interés bajos, esos que gustan a los hipotecados pero odian los que tienen ahorros, se prolonguen.
Repito que no tengo la respuesta pero me planteo una cuestión: Si Europa y los EUA ya están en niveles de IPC del 2% -y superiores- con materias primas en mínimos de muchos años, ¿qué podría pasar si éstas tuvieran una subida de un 10 o un 20%? (algo que no sería tan disparatado viendo el rebote que está teniendo el crudo desde sus mínimos) ¿Podríamos enfrentarnos a una economía con un bajo crecimiento (el “estancamiento secular” que algunos dicen) y una inflación muy por encima de la barrera del 2% que propugnan los bancos centrales? Es decir, ¿una estanflación que además pillaría a la mayoría de economías con unos niveles de deuda pública tan elevados que una subida de tipos de interés podría arruinar su solvencia? Esperemos que no pero es evidente que algo no cuadra… tampoco en el mundo de las materias primas agrícolas.