Ahora lo que está de moda es difundir mentiras de los inmigrantes, tanto de sus actos como de las supuestas estratosféricas ayudas sociales que reciben: es falso que consuman 7 de cada 10 € de la sanidad pública, no se paga a los inmigrantes parados más por ser inmigrantes, Cáritas nunca ha denegado ayudar a alguien por no ser inmigrante, unos refugiados no han rechazado un piso por no tener ascensor, no hay alertas sanitarias por tuberculosis de policías que han tratado a inmigrantes, en Aragón no regalan a los inmigrantes los pisos que rechazan los herederos que no pueden pagar el impuesto de sucesiones, ningún colegio ha prohibido el jamón en sus menús para no ofender a los musulmanes, nadie ha prometido playas específicas para musulmanes, ningún ayuntamiento tiene ayudas específicas para gitanos y musulmanes, ninguna organización musulmana ha demandado a España por las procesiones, nadie ha prohibido los villancicos para no molestar a los no cristianos, la fiesta de Moros y Cristianos de Alcoy goza de buena salud, la población reclusa extranjera en España es del 28,5% y no del 70%, los inmigrantes no tienen medicamentos gratis, en Madrid no hay ayudas a la vivienda específicas para solicitantes no nacidos en España, personas del colectivo LGTBI y personas con confesión religiosa minoritaria (y las ayudas anuales máximas son de 2400€ por lo que el audio del que recibe 1500€ al mes de ayudas es otra paparrucha más) y desde luego el video de canibalismo no es real, es de una película.
Se puede estar en contra de la emigración ilegal, incluso contra la legal pero no creo que haga falta mentir para defender una postura. Y hay algunos whatsapps tan bien hechos que entiendo que la cuelen pero otros son tan absurdos que el que los difunde de alguna manera sabe que está siendo cómplice de una estrategia muy clara que busca aumentar la xenofobia y seguramente conseguir más votos para Vox. ¿Y todo esto que tiene que ver con la economía? Aparte de que prácticamente todos los temas están relacionados con la evolución económica, es importante denunciar el gran engaño que supone colocar a la emigración como un grave problema económico y que entre tanta paparrucha lo que subyace es que el déficit público se dispara por culpa de los emigrantes. Todos los estudios económicos serios, españoles y extranjeros, confirman que la emigración legal no sólo no es un problema, es que sus consecuencias son positivas. Emprendedores que marchan hacia lo desconocido de un entorno nuevo con ganas de ganarse la vida, y eso son la mayoría de los emigrantes, tienen un impacto alcista en el PIB, los países que acogieron a los españoles cuando éramos nosotros los que emigrábamos lo saben bien. En el caso de España como receptora los últimos 20 años (a pesar de la propaganda, sobre todo de sudamericanos y europeos, los africanos –fundamentalmente marroquíes- no son los más numerosos ni mucho menos) además pudimos ver que con la crisis que muchos, incluso los ya nacionalizados españoles, se fueron del país, demostrando esa motivación emprendedora, sus ganas de trabajar y no de vivir de subsidios. Y los que se quedaron ya son imprescindibles en algunas actividades como en la agricultura o el cuidado de personas mayores.
Por supuesto sí es un problema económico (y de otras índoles) la emigración irregular: una persona sin papeles está condenada a la ilegalidad con lo que todo eso supone: desde actividades sin regular que mueven dinero negro hasta incluso la delincuencia, no aportando ingresos ni a Hacienda ni a la Seguridad Social y perjudicando con su competencia desleal a otros trabajadores y comerciantes (por ejemplo con la venta ambulante). Y entiendo que haya polémica sobre ofrecerles o no ayudas sociales, aunque más allá del tema humano, el problema de no darlas tendría consecuencias negativas por el coste social. No es muy diferente a lo realizado en el sur con el PER o en el norte con las ayudas post-reconversión industrial y minera: comprar la paz social con dinero de todos. Pero repito que es un tema a discutir, nadie sabe la respuesta con certeza. Lo que sí parece una temeridad es promover que no tengan acceso a los servicios médicos públicos. En los EUA ya pasa eso y no por eso no dejan de llegar ilegales, así que nada apunta a que vaya a disuadir que lleguen y es inhumano negarles atención una vez que están aquí.
En resumen, la emigración no es un problema (más bien es una solución, sobre todo en países con tasas de paro rozando el pleno empleo como Alemania) pero la emigración ilegal sí, aunque la importancia económica de ese problema se está exagerando. Lo primero que hay que dar es un dato: desde 2005 la emigración irregular supone el 4,5% de toda la emigración. Otro que hay que dar es que el año pasado tuvimos récord histórico de llegadas irregulares (más de 60 mil personas cuando el anterior máximo eran 39 mil en 2006 y en 2017 llegaron 22 mil) debido sobre todo a la nueva política acerca del tema de Italia a lo que yo añadiría el “circo mediático” del Aquarius (de hecho, en el segundo semestre han llegado bastantes más que en el primero). Como ya denuncié en su día, Salvamento Marítimo rescata pateras periódicamente con la mayor discreción para evitar el “efecto llamada”, y por unos pocos votos nuestro presidente cambió de actitud y prefirió hacer propaganda. Es decir, es un problema menor pero que va en aumento. No obstante, no todos los que llegan se quedan, también hay repatriaciones. El coste del sistema de vigilancia de nuestra fronteras es caro pero lo sería aunque no existieran esos ilegales y el coste de los centros de internamiento y repatriaciones (cuando se devuelven, España paga) es de unos 20 millones de € al año (mucho o poco es subjetivo pero si lo comparamos, por ejemplo, con los 231 millones de € de presupuesto de la televisión autonómica catalana no parece tanto). A eso podemos sumar ayudas sociales y lo que restan a otras actividades como comenté antes pero son cifras que desde luego están lejos de los mayores problemas de ingresos y gastos que tiene España, un país que gasta cada año 30 mil millones de € más de los que ingresa.
Desde un punto de vista estrictamente económico, pensar que impedir la llegada de pateras va a mejorar sustancialmente nuestra economía no tiene razón de ser, ya hemos visto cómo el cambio de actitud italiana no les ha evitado el caer en recesión. Es un problema, no lo dudo, y es un problema que va a más pero es un problema menor. Que un partido político se haga famoso promoviendo una campaña contra unas pocas miles de personas que todas juntas tienen menos incidencia en los principales gastos del erario que un único mal gestor político (como Rato en Bankia o Salgado en el ministerio de economía en tiempos de ZP), a costa además de promover una campaña de desinformación que roza la xenofobia cuando por ejemplo un 22% de nuestra factura de la luz son impuestos y un 26% subvenciones y nadie promete reducir esos porcentajes que suponen mucho mayor coste para los españoles, me parece una sinvergonzonería. Que además esa campaña esté influyendo en el discurso de otros partidos políticos me parece triste pero previsible. Lo que me cuesta más entender es que nos utilicen para promover sus paparruchas y encima participemos voluntariamente de ello con nuestros móviles.
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