Imaginad que alguien tenía 200 mil euros y decidió comprar un piso pensando en la ganancia de 10 mil euros al año que iba a obtener alquilándolo. Pasado un año, un piso igual que el suyo, el del vecino de enfrente, se vendía por 150 mil euros. No le preocupaba, él había pagado 200 mil euros pensando en conseguir esos 10 mil al año y para él era suficiente. Pero empezó a pensar que, ya que tenía dinero, podía comprar el piso del vecino por 150 mil euros y así tendría dos propiedades por 350 mil euros (eso sí, las dos en el mismo bloque) que le darían 20 mil euros al año en alquiler: un negocio redondo. Pero resulta que no encontró quien se lo alquilara y tuvo que conformarse con una rentabilidad de 10 mil euros al año por una inversión de 350 mil. Y para colmo el otro vecino estaba vendiendo un piso igual a los dos suyos por 125 mil euros. Y entonces su alquilado le dijo que o le rebajaba el alquiler a 5000 euros al año o se iba, que había otros que ofrecían mejor precio. Pero bueno, pensaba, “mientras el edificio no se caiga y no necesite vender, no he hecho una mala inversión”.
Cambiar piso por acciones, alquiler por dividendo (que de un año para otro se reduce o desaparece) y estaremos ante el más habitual error bursátil: no ponerse un límite de pérdidas, doblar la inversión en el mismo producto y, sobre todo, negar la realidad. Y lo peor es que el edifico se puede caer.
Pero los errores de los humanos con sus ahorros al fin y al cabo sólo les afectan a ellos, el problema está en los errores de los humanos que manejan el dinero de todos porque entonces encontraremos la clave de esta crisis: ¿Cuántos bancos han prestado dinero al promotor, al que va a comprar la promoción y encima en su cartera de inversión ha incluido acciones de inmobiliarias y constructoras? ¿Cuantas veces han insistido en esa reiteración inversora? ¡Si hasta ha habido bancos que han comprado hipotecas a otros bancos! Y qué decir del crédito, ¿Cuántas entidades financieras cuando empezó esto, en lugar de parar, esperaron casi un año para reducirlo y siguieron despilfarrando el dinero de sus impositores y el que -de hecho- ni siquiera tenían? Y no sólo los bancos, ¿Cuántos estados han estado dilapidando el dinero de todos para inyectar liquidez en empresas ruinosas, que claramente no son viables? ¿Hasta que punto los bancos centrales están siendo cómplices de todo esto?
Vayamos por partes: en la metáfora del personaje que compra una vivienda o unas acciones parto de la premisa que el dinero es suyo pero los bancos han prestado un dinero que o es de sus clientes o a su vez lo ha tomado prestado de otros bancos o de su banco central…¿Cómo lo recuperarán? Sólo vendiendo propiedades (sean inmobiliarias o bursátiles) lo podrán hacer y ante la avalancha de ventas evidentemente bajarán aún más los precios porque al no existir apenas dinero final la proporción oferta/demanda no es equitativa. ¿Qué han hecho los bancos centrales y los estados con sus medidas a favor de los bancos? Han dado -y siguen dando- el suficiente oxígeno a las entidades financieras para ir postergando la decisión de vender, algo que hubieran hecho en 2008 a mejores precios sin esa ayuda.
¿Con esto que han conseguido? Que el crédito -la excusa por la que se justifican todas las ayudas- se haya paralizado ya que el poco dinero que hay se está utilizando para mantener unas malas inversiones cuyo posible valor está a la baja y congelado ya que el que tiene capital sabe de la urgencia por vender de los bancos y no compra y el que quiere comprar y no tiene dinero, no puede acceder a él ya que quien se lo debería prestar está tan endeudado que no puede hacerlo.
Aún tienen suerte los bancos que los actuales ahorradores sigan confiando en ellos y como el gasto destinado al consumo se está reduciendo, esa liquidez depositada en sus cuentas va en aumento, así como las bajadas de tipos ayudan a un menor aumento de la morosidad de los ya endeudados, y aminorar la que procede de los nuevos parados sin ingresos. También tienen suerte los estados que, con la complicidad de los bancos centrales y las citadas bajadas, cada vez pueden emitir más deuda a tipos históricamente ínfimos. Pero si bancos y estados siguen dilapidando nuestro capital -nuestros ahorros y probablemente los de la generación posterior- manteniendo unas inversiones erróneas que cada vez valen menos y cada vez son menos líquidas seguiremos postergando “sine die” el problema hasta que dicho capital se acabe. Por eso es un tremendo e injusto error criticar que los mal llamados "fondos buitre" compren lo que nadie más quiere, ojalá lo compren todo y limpien de una vez los balances que debieron limpiarse en 2008.
Es así:la culpa de la crisis financiera española está en la mala gestión de ciertas entidades pero su alargamiento en el tiempo es culpa de gobiernos y banco central.
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