Cuando se suben
impuestos se retira renta disponible de los ciudadanos que al gastar menos
deterioran el ingreso de los productores con lo que éstos pagan menos
impuestos. Es decir, se compensa. El problema es que los productores a su vez
tienen empleados, a los que despedirán o congelarán el sueldo para mantener sus
ingresos. Luego su efecto es negativo.
Por el
contrario, es posible que una disminución en el tipo impositivo -bajada de
impuestos- provoque aumento de las rentas, del consumo, de la producción y, finalmente,
una mayor recaudación. Se están considerando aquí dos fuerzas que actúan en
sentido contrario y que reciben el nombre de efecto renta y efecto sustitución:
el efecto renta mide las consecuencias derivadas de la disminución de la
capacidad adquisitiva de los contribuyentes; el efecto sustitución mide los
cambios en las decisiones que toman productores y consumidores como
consecuencia del impuesto.
Pero es que
además, está demostrado que un tipo impositivo excesivamente alto propicia el
fraude y la evasión fiscal hacia el extranjero. Por eso, se tributa menos y
crece menos la economía. De nuevo aquí actúan el efecto renta y el efecto
sustitución: el efecto renta ya que al aumentar el tipo y disminuir la renta de
los trabajadores, tendrán que trabajar más para recuperarla y el efecto
sustitución sobre los que decidan trabajar menos para no tributar tanto, algo
que también es factible.
Yo tengo una
experiencia personal con esto: mi primer trabajo como asalariado consistía en
trabajar en verano en un quiosco de periódicos. El dueño se iba de vacaciones y
en lugar de cerrar, me quedaba yo y de lo que ganaba, le daba la mitad. Yo
conseguía independencia económica para todo el año, repartía ingresos con dos
compañeros de instituto que subcontraté y cuyos ingresos gastaban consumiendo
cada fin de semana como si fueran “niños pijos” cuando eran de barriada obrera
como yo, y el dueño del quiosco ganaba dinero mientras no trabajaba… todos
contentos. Pero un ministro llamado Miguel Boyer implantó un sistema por el
cual quien obtenía más ingresos pagaba más porcentaje de impuestos… de ese modo
al dueño del quiosco le interesaba más cerrar en verano y no recaudar que el
que estuviera abierto generando ingresos…
Aquello me obligó a buscar un
trabajo -no quería perder mi independencia económica- menos remunerado y de más
horas y durante todo el año (tuve que cambiarme a nocturno en el instituto)
como mensajero en un bróker… quizás en mi caso no me fue tan mal (mis dos
compañeros simplemente dejaron de gastar tanto) pero aquella decisión
gubernamental de subida de impuestos (que vista en perspectiva me parece justa)
provocó un menor ingreso en el estado por parte del empresario y un menor gasto
de tres consumidores…
Me temo algo
similar puede ocurrir si finalmente el estado (y ojo, el estado también es el
ayuntamiento y la comunidad autónoma) acaba subiendo impuestos para arreglar la
mala gestión de algunos, mala gestión que el propio estado ha propiciado y que
en algunos casos sigue amparando.
(fragmento de un artículo propio publicado en septiembre de 2009 http://www.euribor.com.es/2009/09/14/impuestos-impuestos/all-comments/ )
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