La AIREF es una gran idea... pero nuestros gestores deben hacerle caso


La idea de crear una Autoridad fiscal independiente que estudiara las políticas públicas del gobierno de turno sin la presión partidista debía ser antigua pero la primera que se conoce fue la holandesa en 1947. Poco a poco otros países han acogido esa figura (fuera de Europa que yo sepa los EUA, Canadá y Corea del Sur) hasta que llegó a ser una recomendación de la UE hacia sus miembros que sólo algunos han hecho caso. Uno de ellos fue el gobierno de Mariano Rajoy (en mayoría absoluta entonces) que puso en marcha la AIReF en febrero de 2014 poniendo al frente de ella a José Luís Escrivá por un mandato improrrogable de 6 años (ya veremos en febrero si el sustituto es un profesional tan prestigioso y objetivo como él) aunque la institución tardó varios meses en “arrancar” por trámites burocráticos diversos.

Desde entonces la AIReF ha hecho un trabajo encomiable realizando informes (otra cosa no puede hacer, los cambios debe hacerlos el gobierno o el Parlamento) donde denuncia aspectos poco claros de los gastos públicos, auditando el destino de miles de millones de € que salen de los Presupuestos. Estos últimos meses ha habido algunos bastante críticos (no con el actual gobierno, ni siquiera con el anterior aunque son estudios realizados mayormente mientras gobernaba Rajoy) con el modo de hacer determinadas cosas durante muchos años en España ya que los problemas detectados no son coyunturales sino estructurales y afectan, de momento, a 33 mil millones de € de gasto público. Ojo, que no dicen que se dilapiden sino que en muchos casos se gastan mal (propone que Correos reduzca el número de días de entrega, advierte que el modelo de copago farmacéutico es injusto con trabajadores con menor renta que muchos pensionistas que se benefician de él, que hay demasiados beneficios fiscales, que las cargas administrativas son excesivas, que "No hay vinculación entre las políticas públicas, los planes sectoriales, la programación presupuestaria y la planificación estratégica"etc.) y, lo que quizás es hasta peor, de forma poco transparente (lo que favorece la corrupción) como es el caso de los 14 mil millones de las subvenciones.

Su web es muy útil e informativa aunque últimamente son sus notas de prensa las que están provocando más polémica y el motivo es porque las conclusiones a las que llega con sus estudios independientes muestran lo que muchos sospechábamos, que más allá de izquierdas (más gasto social) y derechas (menos impuestos), hay una tercera vía, que además debe estar antes de las otras dos y que es perfectamente compatible con ambas. que es la de gastar mejor. Cuando la Airef cuestiona los subsidios a los parados y dice incluso que frenan la búsqueda de empleo lo hace no por ideología (porque no dice que no se den, critica el cómo se dan), sino con datos. Igual que cuando demuestra que muchas subvenciones se han dado sin una memoria de ejecución del gasto que justifique la concesión. Denuncia que miles de millones se pierden por ineficiencias en el gasto público. Y no digo que la Airef sea infalible pero es lógico pensar que en un país tan endeudado como el nuestro y con una presión fiscal en aumento, hay que vigilar mejor cómo se gasta el dinero que aportamos a las arcas públicas. ¿Qué menos?

Yo cada día estoy más cansado de la política y de nuestros políticos. Dicen que nos representan porque les hemos votado pero lo cierto es que están al servicio de su partido cuando no al de sus propias ambiciones. Es sólo una anécdota pero nos dicen que debemos ser ecológicos y dejar de usar combustibles fósiles y ni un solo diputado de esta legislatura tiene coche eléctrico, cotilleas un poco en su declaración de bienes y muchos son personas que han tenido buenos cargos con buenos sueldos y que ya tienen una edad y sin embargo no tienen apenas ahorros, demostrando que no saben gestionar ni su propia casa. ¿Y qué puedo decir de los alcaldes que han llegado al cargo –el 28% de los alcaldes de grandes ciudades se sube el sueldo en su primer mes- y automáticamente se suben el salario, qué cachondeo es este? Por eso sigo convencido que hay que poner normas muy duras, que no hay que dejar espacio a la improvisación, que no nos podemos fiar de nadie y que hay que aprender de lo mejor de otros sitios. Por ejemplo, en los EUA tienen la Constitución más antigua del mundo aún vigente y eso ocurre porque tiene 27 enmiendas que van “mejorándola”. La última se aprobó en 1992 y básicamente lo que dice es que los cargos electos pueden subirse el sueldo pero que esa subida sólo será efectiva para la siguiente legislatura con lo que de alguna forma se limita esto de que un recién elegido se suba el salario para su propio beneficio inmediato. Es así, hay que desconfiar, hay que fiscalizar continuamente la labor de nuestros políticos y no simplemente excusarlos de todo porque han sido votados. Eso no es suficiente.

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