Desigualdad y familia

Este mapa-mundi de hace algunas semanas describe el porcentaje de multimillonarios que lo son por herencia:
Como se puede apreciar, en la vieja Europa la fortuna familiar se mantiene por generaciones y es más difícil llegar arriba si tus padres no estaban ya allí pero en otras economías como la norteamericana el porcentaje se reduce mucho. Es normal, es un país de emprendedores y todos conocemos personajes que se han convertido en muy ricos empezando desde abajo, especialmente en el sector tecnológico los últimos años. Pero lo que más me llama la atención es China. No por el dato, es lógico que un país que era comunista hasta hace unos decenios (en teoría sigue siéndolo pero todos sabemos que su sistema económico no lo es) tenga muy pocos multimillonarios por herencia ya que en teoría nadie lo era hasta que se abrió la economía y se dejó de perseguir la propiedad privada, sino por la polémica de la desigualdad.

China es el ejemplo perfecto que demuestra que desigualdad no es sinónimo de pobreza, ha pasado de ser una sociedad bastante igualitaria (salvando que el campesinado del interior siempre ha sido mucho más pobre que los urbanitas del este) debido a la propiedad comunal pero con hambrunas periódicas y escasez de recursos, a una mucho más desigual (por la apertura a la propiedad privada) pero también mucho más rica. La desigualdad ha crecido y sigue haciéndolo pero la calidad de vida del conjunto, incluso de los más desfavorecidos, es muy superior a la que tenían cuando la diferencia entre los más ricos y los más pobres era menor. Entonces la pregunta es ¿Cuál será la cifra del mapa anterior dentro de unas décadas, aumentará el número de millonarios por herencia? Por supuesto que sí, y no habrá forma de evitarlo porque ningún padre que se precie renunciará a dar a su hijo la mejor educación que pueda pagar y a cederle en herencia su fortuna.

Podemos debatir si es malo o bueno, y establecer algún método para que los hijos de ricos no tengan tantas ventajas que los hijos de pobres (y en Europa se ha hecho un gran trabajo en ese sentido ya desde hace décadas gracias a la educación pública universal y las becas por ejemplo) pero que ocurra parece inevitable. Una cosa es aspirar a la igualdad de oportunidades desde niños, y esa debería ser nuestra obligación como sociedad, y otra que sea factible sin dejar de ser quienes somos desde hace mucho tiempo. Si miramos los códigos más antiguos que se conocen, como el de Hammurabi –que se cree es del siglo XVIII antes de Cristo-, podemos comprobar que se castigan no sólo las violaciones y los asesinatos, también se legisla acerca de si un padre puede o no desheredar a un hijo. Ya entonces se hablaba de ello. No podemos evitar que un padre no quiera trasmitir a sus hijos sus conocimientos y su fortuna, ni que se críe y se eduque con esas ventajas aunque sea una pena que otros no puedan tenerlas también.

El otro día leí, por poneros un ejemplo, que hay una corriente que está en contra de los deberes porque generan desigualdad. El argumento es que si hay deberes, los hijos de padres más cultos tendrán ventajas sobre los que no. Empiezo a pensar que lo de la desigualdad está empezando a obsesionar demasiado porque pretender que un hijo de un catedrático de Historia no sepa más Historia que el hijo de un fontanero o que ese mismo hijo de fontanero no sepa más de arreglar un grifo que el hijo del catedrático es absurdo. Lo mismo pienso de las críticas a las actividades extraescolares porque en teoría sólo algunos padres pueden pagarlas, ¿eso significa que un padre no puede gastarse su dinero en las facetas de la educación de su hijo que pueda y quiera pagar? Repito, hay que luchar por la igualdad de oportunidades desde la niñez y que cada persona se desarrolle según su talento y su esfuerzo pero o cambiamos el concepto de familia o será imposible que alguna desigualdad, incluso de nacimiento, exista. Nos guste o no. Eso sí, todo lo que hagamos por minimizarla será bueno.

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