Como presidente de la Generalitat es difícil valorar la figura de Carles Puigdemont en sus menos de dos años de ejercicio pero sí que podemos ver, a través de los sondeos, que su partido, el mayoritario en la coalición JxS que ganó las elecciones en septiembre de 2015, iba perdiendo apoyo popular al tiempo que él lideraba el gobierno. Por ejemplo, aquí podemos ver, en una muestra recogida al comienzo del verano de 2017, que ERC le sacaba 20 escaños al PDECat
Además, aunque por poca diferencia, Junqueras era un líder mejor valorado que Puigdemont. Con esto podemos extraer como conclusión que su labor como President fue más bien tibia y que en circunstancia normales no hubiera salido reelegido. Sin embargo, desde su cargo lideró al Parlament en su desafío al TC sacando adelante la Ley de Transitorietat y el referéndum del 1-O y esto despertó muchas simpatías entre los independentistas hasta el punto de ganarse apoyos de exvotantes de la CUP, teóricamente en sus antípodas ideológicas.
No obstante, si analizamos los hechos no está tan claro que su labor por la independencia sea tan meritoria. En primer lugar, fueron muchos los que sacaron adelante el 1-O y la principal razón fue que no esperaban ni la reacción de la justicia española ni la ausencia de apoyos internacionales. Era la época en la que se decía que no se irían las empresas, que la UE apoyaría y en la que Puigdemont posaba burlándose de los requerimientos del TC. A día de hoy, un Parlament con una mayoría independentista similar, no se atreve a investir a Sánchez ni a Puigdemont porque sabe que la Justicia actuaría. Es decir, que hubo un punto de inconsciencia más que de valentía en todos los que creyeron que iba a salirles gratis desafiar las leyes vigentes, algo que no se está repitiendo hoy.
Con todo, ya que era el líder y sacó adelante el 1-O, que además fue un éxito propagandístico -por culpa sobre todo de la torpeza del Ministerio del Interior- es justo darle una valoración política positiva desde el punto de vita independentista pero ¿qué hizo después? Declaró una independencia simbólica –al menos eso han declarado muchos de los implicados en ella- que anuló segundos después buscando forzar con ello al gobierno español a una negociación. Pero lo que recibió fue un ultimátum: O contestaba con un NO a si había declarado la independencia o se tramitaría el 155, y tenía dos oportunidades como se puede leer por ejemplo AQUÍ. Puigdemont podía contestar con un No y no hubiera mentido -y además hubiera dejado en muy mala posición a Rajoy porque dejaba la autonomía en manos de él a pesar de haber desobedecido al TC- pero prefirió no hacerlo activando con ello la convocatoria en el Senado para debatirlo. Es difícil no ver que él fue el que provocó el 155.
¿Y qué hizo cuando vio que el 155 era casi inevitable? Durante unas horas se nos vendió que iba a convocar elecciones pero no tenía mucho sentido que lo hiciera porque si hubiera querido evitar el 155 lo más fácil hubiera sido contestar con un No. En mi opinión él quería el 155 porque era la mejor forma de seguir vendiendo ante el mundo la “opresión” española. Y efectivamente, espero a que el 155 fuera ya inevitable para, esta vez sí, declarar la independencia.
¿Y qué hizo cuando declaró la independencia, tomó alguna decisión para implantarla, mandó a los mossos al aeropuerto del Prat a que montaran una segunda aduana aunque fuera simbólica, organizó unos Comités para la Defensa de la República? No, lo que hizo fue planificar su huida buscando internacionalizar el proceso pero también esquivando una más que probable entrada en prisión. En Bélgica pretendió que él y algunos de sus consellers eran un gobierno en el exilio pero lo cierto es que no tomaron ninguna decisión, todo el trabajo lo están haciendo desde Cataluña sin su dirección. El 155 se implantó con total normalidad, los altos cargos (incluida su protegida Elsa Artadi) aceptaron el cambio sin problemas y los mossos (a pesar de lo que dicen de ellos la ultraderecha española) se han comportado con profesionalidad manteniendo el orden con proporcionalidad. Mientras, Puigdemont iba ganando popularidad por el simple hecho de estar libre y desafiante. Eso le llevó a superar a ERC el 21D y a que la gente se manifieste por él como si él fuera un héroe. En 6 meses los cambios en intención de voto fueron comunes a todas las fuerzas:
Sin embargo a día de hoy Puigdemont pretende lo mismo que pretendía cuando declaró la DUI simbólica y luego la suspendió: buscar un diálogo con el gobierno español si es posible con alguna mediación internacional. Y eso no es la independencia porque incluso si lograra el ambicioso objetivo de conseguir una negociación entre él y Rajoy (o el que venga detrás de él) e incluso si de esas conversaciones sacara algo, no iba a ser la independencia. Y Puigdemont, que tonto no es y ha demostrado ser una persona bastante realista, sabe que ese objetivo a día de hoy es inalcanzable aunque sigue sin reconocérselo a los suyos, si bien muchos de ellos lo saben también. Por muchas razones (falta de más apoyo popular dentro de Cataluña, de medidas efectivas de presión que perjudiquen más al resto de España que a los propios catalanes, de ayuda de alguna potencia extranjera, de aquiescencia de la UE etc.) entre las que destacaría que no hay gobierno español que asuma el coste político de perder casi un 20% de lo que hoy es España y dejar tirados a 2 millones mínimo que viven en Cataluña y no quieren dejar de ser españoles.
En resumen, es cierto que Puigdemont tiene cualidades como político (aunque para mi eso no sea precisamente la panacea) pero no entiendo que los independentistas en general lo adoren. Como President no demostró nada y como líder independentista provocó, en el lado negativo, el 155 y, en el lado positivo, está consiguiendo internacionalizar el procés y conseguir ser un icono en el exterior aunque tampoco es que esté triunfando porque sigue sin haber ni un solo gobierno en el mundo que reconozca la independencia de Cataluña, objetivo que creo hoy es más lejano que antes del 1-O porque muchos se han quitado la venda de los ojos y han comprendido lo difícil y costoso que resulta siquiera intentar conseguirla, no digamos obtenerla. Creo que el movimiento independentista (que considero perfectamente legítimo aunque no le desee que tenga éxito) necesita dos cosas: nuevos líderes y calmarse hasta que no aparezca una mejor oportunidad de volverlo a intentar (por ejemplo, cuando llegue la próxima crisis) y que Puigdemont esté libre por Europa o entre rejas en España no va a cambiar esto.
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