Mi crítica al deporte de alta competición

 Cada pocos años un atleta bate el récord del mundo de los 100 metros acercando la marca a los 9 segundos aunque dicen los expertos que nunca se podrá bajar de los 8.5. Sea o no sea verdad que estamos cerca del tope. lo cierto es que la marca puntual de una persona no significa avance alguno para la humanidad, no creo haya ni 100 individuos en todo el mundo que puedan bajar del –para mi incomprensible- segundo cada diez metros y eso a costa de sacrificar la mayor parte del tiempo en los entrenamientos. La marca de uno o de cien atletas para nada significa que la raza humana sea más rápida. Es evidente que a los ganadores les merecerá la pena y que tienen su público y sus admiradores pero –como todo el deporte de competición- sólo nos aporta unos momentos de ocio que serían similares si las marcas fueran unas décimas peores

Además, esta plenitud física de los grandes atletas es muy limitada en el tiempo mientras la capacidad intelectual de alguien puede ejercitarse y servir a la humanidad durante decenios y no estoy hablando sólo de razonamientos, un arquitecto puede diseñar un puente que dure siglos y un escritor una obra que distraiga a decenas de generaciones y lo pueden hacer con 60 años. Los atletas apenas ganan unas medallas, alguno bate algún récord (la mayoría pierde su juventud entrenándose sin ninguna fortuna) y su hazaña queda como una anécdota cuyo interés apenas se mantiene en el tiempo.

A mi me asombran las decenas de corredores que durante tres semanas están una media de 4 horas compitiendo sobre una bicicleta en el Tour o en la Vuelta, ¿Cómo puede ser sano castigar el cuerpo así, cómo no entender que busquen ayuda “suplementaria”? Ganan su dinero, nos entretienen y la gran mayoría cae en el olvido…

¿Es bueno exigir tanto a los atletas, es bueno propiciar esa búsqueda del límite a costa del cuerpo y quizás de la vida de algunas personas sólo por el fragmento de ocio que nos proporcionan? Los que están a favor de las corridas de toros creen que su entretenimiento vale mucho más que los sufrimientos del animal, ¿También vale más nuestro entretenimiento que el exprimir el cuerpo de algunos humanos al máximo, de retrasar la menstruación a las niñas gimnastas, provocar lesiones cerebrales en boxeadores, llevar la competitividad tan lejos que muchos caigan en drogas dañinas para su organismo como los esteroides? ¿Dónde está el límite?

El que haya cien, mil o diez mil individuos en el mundo que estén muy por encima de la media de cómo nadamos, corremos, pedaleamos, lanzamos etc. no significa que avancemos como raza, si es su deseo tratar de ser mejores en alguna especialidad deportiva, allá ellos y si les queremos premiar por su esfuerzo, vale, pero animarles a auto-exigirse tanto roza la crueldad. Creo seremos mejor raza el día que consideremos más exitoso el número de personas que practican deporte que los récords de un puñado de personas.

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