Citas y relaciones

El plazo de tiempo de la inversión/especulación sólo se diferencia en la psicología del inversor/especulador. Invertir a largo plazo es como tener un/a novio/a: te interesa saber todo de ella, en cada cita valoras si la tendencia de la relación va a mejor, al haber confianza una metedura de pata puede ser disculpable, el beneficio final es una incógnita pero mientras la cosa vaya bien, no hay ganas de romper. Sin embargo invertir a corto plazo es como tener una cita con un/a desconocido/a buscando sexo: saber cómo quiere llamar a sus hijos puede estropear la situación, el exceso de información no es bueno, básicamente se necesita saber si durante el encuentro se va a obtener el beneficio buscado y para ello sobra con saber si la hora, el sitio y la conversación son adecuados. Cualquier fallo puede estropear el objetivo, hay que estar muy atento y si se puede obtener éste en el menor tiempo posible, mejor. Una vez que se ha conseguido lo que se buscaba, no tiene sentido continuar y si se comprende que no se va a conseguir, lo mejor es retirarse y buscar otra cita distinta. 

Por desgracia,cuando nos jugamos el dinero en los mercados muchas veces mezclamos tomando lo más negativo de cada situación: compramos algo pensando en venderlo ganando X dinero sin tener en cuenta los factores de esa inversión en el corto plazo y apoyándonos en opiniones de medio y largo plazo y en lugar de cortar las pérdidas al darnos cuenta que nos ha salido mal, insistimos en lo mismo arriesgando más dinero y convertimos lo que pensábamos que iba a ser una cita rápida en un auténtico noviazgo. Por supuesto, al revés también pasa: estudiamos un valor, la tendencia del mercado, el análisis técnico y fundamental, hasta la estacionalidad favorable pensando en hacer una inversión de largo plazo y si en poco tiempo obtenemos un gran beneficio, deshacemos la posición vendiendo demasiado pronto y convirtiendo a la posible relación de nuestra vida… en una cita más

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